lunes, 14 de noviembre de 2005

Ese fenómeno popular llamado Guantes de Oro


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 14 de noviembre de 2005

Un fenómeno popular que se consolida, que se arraiga, que trasciende. El viernes concluyó la 4ª edición provincial Guantes de Oro- Municipalidad de San Martín. Un torneo de boxeo amateur, reglado bajo la reglamentación olímpica y donde más de 4.000 espectadores acompañaron las cinco veladas que se escenificaron en el Poli San Pedro.
Por un lado son torneos como éste los responsables de la continuidad de boxeadores de elite en la selección nacional, como también del gran presente profesional.
Si bien este año creció la calidad, disminuyó la cantidad. Fue una edición de recambio tras el fuerte traspaso de púgiles al campo rentado.
Las pujas dentro del seno de la federación quedaron evidenciadas con algunos que mezclaron los puntos y se regocijaron con titubeante inicio del certamen.
Desde los organizadores del área de deportes de la Muni de San Martín volvieron a vestir de glamour el torneo y siguieron incorporándole tecnología y difusión (este año tuvo televisación).
El mendocino Guantes de Oro es el certamen regional más grande de Sudamérica, y esta edición dejó en
claro que ya necesita un reglamento propio que contemple a cada uno de los detalles.
Los boxeadores volvieron a dar ejemplo, si la meta de ellos es el torneo, quedó en claro que trabajaron mucho y duro, en un deporte donde el sacrificio está no sólo en el gimnasio, sino en la cotidianeidad a la que deben enfrentar para sostenerse como personas y atletas.
Celosos y pasionales, un pequeño grupo de técnicos volvieron a demostrar falta de criterio, de análisis y de autocrítica. Cuestionaron todo y no se preocuparon por hacer un seguimiento de sus chicos, inscribiéndolos en categorías erradas y hasta mintiendo con la edad.
El Guantes de Oro es un fenómeno popular, una fiesta que consolida la contención social que día a día se
forja en los gimnasios que trabajan por darle una salida, cariño y valores a los pibes de las barriadas mendocinas.

domingo, 6 de noviembre de 2005

“Sin más armas que un 10 en la camiseta”

Suplemento Ovación (página 2)
Diario UNO de Mendoza, 6 de noviembre de 2005


Maradona sigue gambeteando al sentido común, a la lógica, a los prejuicios. La religiosidad popular le dio la idolatría de un semidiós mundano, de esos donde alguna razón desconoce el cero a cero para arrodillarse en un rezo poliforme al Diez como imagen y semejanza de la creación, la imaginación y la utopía. Cinco letras para un dios moderno, el de lo emergerte, el de las contradicciones, el del pecado, el de la resistencia: Diego.
Le avisa a Julio Grondona que no quiere ser una estampita de su poderosa iglesia, mientras que en su rol de periodista consumado entrevista a Fidel Castro, para llevar el caset a su programa donde copa el rating. Le hace un guiño al pasado y en helicóptero llega a festejar su glamoroso y suntuoso cumpleaños a la Bombonera, donde una multitud sólo lo espera para ese festejo.
Dueño de la hegemonía mediática, enarbola las banderas políticas de la contrahegemonía, coorganiza el Tren del Alba, mima a intelectuales referentes de izquierda –como el diputado Miguel Bonasso– y se tutea con el líder venezolano, Hugo Chávez, en la Cumbre de los Pueblos (contracara de la IV Cumbre de las Américas), para atacar y oponerse a George Bush, y dejar vigente su himno, ese que le regaló el ande rockero y que dice que “a los poderosos reta y ataca a los más villanos…”
Politiza y banaliza, se da revanchas sin pruritos generando nuevos escenarios. Sacudiendo lo establecido desde lo establecido, estableciendo. Diego es significante y significado. Desde lo alto su índice cobra sentido y razón, su palabra tiene la verdad del guerrero triunfador “que sin más armas que un 10 en la camiseta” conquistó, sojuzgó y reinó en tierras donde el fútbol es más que un juego, un espectáculo y un negocio, donde es religiosidad.
Maradona no tiene fronteras, se reconstruye y reconfigura en varios tiempos y espacios a la vez; en un mundo que huele a petróleo y exclusión no le teme a sobrevivir con las herramientas de los poderosos y retar a éstos con las armas populares de los sueños, las utopías y la resistencia.