jueves, 26 de abril de 2012

YPF y una lógica lejos de su simbolismo

Diario UNO de Mendoza (página 10), 25 de abril de 2012
Los mismos que regalaron la empresa, la expropian. 
Invertir, endeudarse, engordar, desguazar y vender
Parece sentenciado y no es arriesgado pronosticar el futuro: en unos años, pocos por cierto, un proyecto encabezado por parte de los mismos senadores nacionales, gobernadores, ex presidentes y sindicalistas que desde hace rato van, vienen mutan, echan raíces y se enriquecen propondrá la privatización de Aerolíneas Argentinas, los subtes, el metrotranvía, el sistema jubilatorio, las empresas de agua, el 51% de YPF, la universidad pública y hasta el monumento del Cerro de la Gloria o el Fútbol para Todos.

jueves, 19 de abril de 2012

El genocida, el ayer y el después

Diario UNO de Mendoza (página 12), 18 de abril de 2012
Videla dio detalles sobre la represión. Lo hizo de forma reivindicatoria, retórica y rencorosa
Quizá porque sabe que el periodismo no hace justicia o porque lo recuerde como su servil arma propagandística, habló. El principal burócrata armado del último genocidio en el país despachó frente a un micrófono lo que no dijo y seguramente nunca dirá en los tribunales.
Jorge Rafael Videla dio detalles, “pasó revista”, del (su) accionar represivo y no por remordimiento o arrepentimiento, lo hizo de forma reivindicatoria, retórica y rencorosa.
El longevo ex jefe militar de la rapiña de los ‘70 sabe muy bien lo que dice y cuándo lo dice. Sabe que, aún preso, en gran parte triunfó, que en gran parte son muchos los que lo reivindican, que “la causa” sigue viva y que ha tenido varias victorias después de su caída.
El monstruo habló de cómo “disciplinar a una sociedad anarquizada” y denominó la matanza planificada como “Disposición Final”. Esta frase que usa el genocida en sus argumentos, sin rodeos retrotrae a la “solución final” que esgrimió el nazismo para justificar el exterminio de judíos.

jueves, 12 de abril de 2012

La exótica palmera de la mendocinidad

Diario UNO de Mendoza (página 12), miércoles 11 de abril de 2012
Este árbol, que llegó de otras latitudes, es un fetiche. 
Una carta de presentación y de ornamentación
Ser tan predecibles, tan parecidos es uno de los signos, o mejor dicho uno de los síntomas, del mendocino (como sujeto social), el que también tiene la tendencia repetitiva de imitar alguna originalidad, algo distintivo, que lo hace aún más previsible, y con la que apunta a (re) presentarse dentro de la variedad, con sus respectivas excepciones y con denominadores genéricos. Lo mismo sucede con el árbol que hoy le tapa el bosque a esta columna: uno de los fetiches de la mendocinidad es la palmera (llamada palma en otros lugares).
Este elástico árbol que llegó de otras latitudes es una de las cartas de presentación, de configuración, de ornamentación, de más de una calle, un condominio, una casa y hasta un interior. Se trata de una efigie con savia que retrotrae a un ahora efímero vacío, es infaltable en todo no-lugar (tomando a medias la definición del polémico antropólogo francés Marc Augé) de repetitiva intencionalidad, de excepcionalidad, de rareza, que lo convierte en algo para nada nuevo, ni inaudito, aunque no pierde su corteza de estatus.

jueves, 5 de abril de 2012

El inducido fracaso en la educación

Diario UNO de Mendoza (página 12), 4 de abril de 2012 
La situación que viven alumnos de San Carlos en su ingreso a la universidad 
abre otra vez el debate
La semana pasada, la estigmatización –una de cuantas– tomó cuerpo en otra de las tantas noticias y merodeó sobre los sancarlinos. El 90% fracasa en la universidad, marcaba el número duro de la información, que además de hacer hincapié en lo regional ponía la mira en la educación.
Fracaso y frustración, dos categorías simplistas y para nada exclusivas de los sancarlinos. Palabras caprichosas y poco inocentes que señalan y victimizan.
Obviamente que ante estas “noticias” se abre la discusión sobre los contenidos, las currículas, la desvinculación (y choque) entre los niveles educativos; se debate sobre todos esos años de Estado ausente, sobre la falta de programas de capacitación y actualización para el personal educador, los sueldos docentes, las escuelas, comedores y guarderías por sobre su función educativa, y la lista sigue para la discusión.
Pero hay algo sólido, con fuerte base, que se alza sobre los argumentos parciales. Todo esta estructurado, ordenado y ejecutado, pero se lo cubre de velos: el sistema educativo es expulsivo, está construido en una pirámide para que le sea funcional al sistema económico, más allá de las contradicciones políticas que se enmascaran en algunos discursos de gestión, que hipócritas o ahogados en la vergüenza buscan culpables en la misma maquinaria que alimentan a diario.