jueves, 26 de abril de 2012

YPF y una lógica lejos de su simbolismo

Diario UNO de Mendoza (página 10), 25 de abril de 2012
Los mismos que regalaron la empresa, la expropian. 
Invertir, endeudarse, engordar, desguazar y vender
Parece sentenciado y no es arriesgado pronosticar el futuro: en unos años, pocos por cierto, un proyecto encabezado por parte de los mismos senadores nacionales, gobernadores, ex presidentes y sindicalistas que desde hace rato van, vienen mutan, echan raíces y se enriquecen propondrá la privatización de Aerolíneas Argentinas, los subtes, el metrotranvía, el sistema jubilatorio, las empresas de agua, el 51% de YPF, la universidad pública y hasta el monumento del Cerro de la Gloria o el Fútbol para Todos.

Invertir, endeudarse, engordar, desguazar, vender (o regalar, o privatizar) y volver a comprar (estatizar), para ingresar en el círculo bajo las lógicas del mercado internacional donde los Estados juegan su papel a la hora de recitar recetas en los discursos que justifiquen, y le den sentido en las urnas y no produzcan, por otro lado, un desequilibrio en la Bolsa, en el mercado y sobre todo en los negociados con sus amigos, esos que luego se encargan de financiar campañas o envalentonar generales.
“Se trata de soberanía, no de estatización”, dijo la Presidenta que años atrás, en los ’90 festejó la entrega de YPF a empresarios españoles, la que una década después elogió a Repsol y la que ahora decidió comprarle (la mayoría de las acciones) para lograr un poco más de control sobre el petróleo argentino. Mientras tanto, ya le ofrece a otras petroleras internacionales ser parte de la nueva-vieja empresa nacional (o mejor dicho de mayoría accionaria estatal).
¿Soberanía es contar con el 51% de una de las compañías que explota una parte de uno de los recursos naturales del país? O será que ante el desabastecimiento se dieron cuenta de que los empresarios no invertían en lo más caro, la exploración, pero sí redituaban con miles de millones en el gran negocio, la extracción, la que siempre dependía de la oferta y la demanda internacionales atadas a las intervenciones militares de los países más poderosos sobre los países productores de Asia o África.
Estatización sigue siendo mala palabra, aunque hagan flamear en forzadas movilizaciones las banderas de lo “nacional y popular”. Y fueron y son los gobiernos los que se encargaron de expulsar a los trabajadores, técnicos, profesionales y usuarios como ejecutores, administradores y contralores de las empresas productivas y de servicios del Estado, dejándolas en manos de burócratas y mafiosos más preocupados de los réditos del momento que de cualquier causa o concepción ideológica de lo público.
Los heterodoxos económicos todo lo pueden, sobre todo seguir ampliando la desigualdad y la distribución de la riqueza. Para eso cuentan con el círculo de supervivencia dentro de la crisis mundial de invertir, endeudarse, engordar, desguazar, vender ( regalar o privatizar) y volver a comprar (estatizar).
El decreto y la ley que hoy se votan no llegan de un reclamo popular, de lineamientos de una política social y económica clara en referencia a las empresas estatales o los recursos naturales. Aunque es cierto que ha sido un magnificado escenario para el espectáculo político, donde el circo incluyó hasta un enfrentamiento de nacionalismos con España por los intereses de un puñado de accionistas.
Hubiera sido mejor el 100% de YPF, de todas las empresas petroleras, de la extracción de los recursos naturales. Que se hubiera estructurado una nueva organización donde fueran los protagonistas del proceso productivo los que tomaran trascendencia a la hora de idear cómo trabajar.
Es cierto que el 51% es mejor que la nada, por más que lo terminen votando los mismos que años atrás (y por qué no dentro de un tiempo) vaciaron al país, regalaron sus empresas y sus riquezas, y que ahora la coyuntura local e internacional los empuja, con la expropiación de un paquete accionario, a cargar de un simbolismo político que está muy lejos de sus intenciones.



2 comentarios:

  1. ¿YPF se "entregó" a empresarios españoles? Y yo que pensaba que se la habían vendido.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. En toda venta hay una entrega, en toda entrega sumisión.

      Borrar