domingo, 26 de junio de 2005

Violencia es no entender un poco más allá


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 26 de junio de 2005

La historia ya es conocida, repetida. Aburre, desespera y parece no tener solución. El remedio se ha
convertido en una enfermedad.Otro acto de violencia le pone un parate al fútbol doméstico. Los hechos tribuneros (en el último Argentino - Guaymallén) seguro que recibirán un castigo deportivo y repercutirán con fuerza en lo institucional.
El problema no es el fútbol ni el deporte, es la sociedad. Acusarán al violento de irracional, pero es totalmente racional: sus códigos, su lenguaje se manifiesta así, devuelve lo que viene recibiendo y exigiendo (con sus signos) lo que se le ha negado. Se reafirma, reconfigura y constituye mediante actos cargados de una simbología fuerte dentro de su mundo, de ese al que ha sido relegado, donde llegó excluido y en el que debe sobrevivir revalidando su poder.
Queda claro que poco importa entender y buscar una solución para las consecuencias de los estragos sociales causados por un Estado fagocitador y cómodo en su miopía. En la popular no está el enemigo, hay un pueblo herido y confundido.
Un acto mínimo (aunque se justifica la decisión del arquero agredido de no querer seguir jugando) terminó en un estallido y esto llevará a nuevas medidas ejemplificadoras, que no son ejemplo de nada ya que no entienden ni atienden el problema de raíz, y así seguirá el éxodo de dirigentes y la desintegración de los clubes, en este caso de una institución de barrio que se estaba reconstituyendo.
No sigamos con moralinas absurdas. Cuidemos los clubes, que son éstos los únicos que les darán a los pibes una oportunidad para cambiar sus códigos, para dejar la calle por un deporte, para canalizar la agresividad en el juego, para encontrar un lugar de contención y socialización menos individualista y violento.
El deporte es un antídoto que pasa desapercibido para muchos y que cumple y suple las responsabilidades de otros, por lo menos déjenlo crecer, desarrollarse. Detrás del árbol hay un bosque.

lunes, 20 de junio de 2005

Los tiempos del “Gran Escupidor”

Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 20 de junio de 2005


Otra semana de símbolos somnolientos y camaleónicos.
Escupió el rostro de un rival y tras un brote de amnesia olvidó lo sucedido. Lo despidieron, cerraron un ciclo, pero se anunció que había renunciado. El Gran Escupidor pasa, el poder no. No había que agitar, ya que puede temblar el plan político al encontrarse que el proyecto económico no se reflejó en el deportivo.
Por estos lares dijeron que querían popularizar y promover un deporte que crece en el país.
Mundial de por medio, sobrada difusión y expectativas al por mayor terminaron encerradas en sus selectos círculos, privaron de tribunas existentes y de alentar al equipo nacional, en los partidos decisivos, a aquellos
que hubieran permitido quitarle el mote de elite social que envuelve al mundillo ovalado.
Mientras las selecciones argentinas de fútbol cerraban la semana ganando, con equipos con mayoría de jugadores fichados en Europa y desconocido para los aficionados, el talentoso basquetbolista Matías Sandes aprovechó el descanso de Boca Juniors, se sacó el traje de candidato NBA y se vino a su Mendoza para volcar su talento en la selección y colaborar para que el año próximo la borravino vuelva al Nacional. Bueno, un poco de mística viene bien.

domingo, 12 de junio de 2005

Manzanita y una historia bajo las sombras

Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 12 de junio de 2005


Ya está acostumbrado a construir su historia bajo varias sombras. Sin bombos ni platillos, esta semana José Pablo Estrella ingresó entre los diez primeros clasificados del ranking mundial en la división de los plumas de la Asociación Mundial de Boxeo.
Manzanita, como lo bautizó la prensa y lo adoptó su gente en Tunuyán, es todo un paradigma.
A los 32 años se da el lujo de proyectarse, de demostrarle a quienes meses atrás eran sus detractores que tiene pasta para estar en la elite del pugilismo internacional. Comenzó su carrera profesional casi a la par de Pablo Chacón y esto le significó quedar “tapado”. Se reveló contra la industria del boxeo, lo que lo llevó a ser relegado. Probó de un lado a otro, marginado e ignorado con el mote del zurdo que se corta fácil. Fue de punto por varios lugares del país y el mundo, y aunque se merecía volver a banca, siguió siendo punto. La experiencia y la voluntad y el apoyo de los suyos le ayudaron a ordenar su vida, a construirla trabajando todo el día, tanto como boxeador, jornalero o lo que hiciera falta.
Ya cerca de ganarse el calificativo de veterano, demuestra cómo día a día crece en técnica y cómo dos o tres turnos de entrenamientos dan sus frutos.
Pablo Estrella fue cambiando, lo que parecía imposible; reguló su temperamento, aprovecha su rendimiento físico, fortalece su punch y embellece su técnica.
Como profesional obsesionado en el futuro de sus hijas y como deportista con la meta de llegar a lo máximo, comparte su nostalgia tunuyanina con el duro trabajo en equipo en el lasherino Gimnasio Pablo Chacón.
Inteligente, locuaz y frontal, sabe que en su mayoría el boxeador llega a un mundo prestado, a un mundo que ya lo tenía sentenciado, excluido y que tiene mil herramientas más para castigarlo con la brutalidad y el sinsentido con el que no lo haría el peor de sus rivales arriba de un ring.
Entre las sombras, Manzanita saca su luz, expande un ejemplo y espera ya confiado su turno para la máxima gloria deportiva.

martes, 7 de junio de 2005

En el cine Artemisia, JuanJosé Farías definió de película

Suplemento Ovación (página 15), Diario UNO de Mendoza 7 de junio de 2005
 El mendocino visitó la lona en dos oportunidades y su rival, Víctor Corvalán, lo tenía a maltraer. A medio minuto del final logró un espectacular nocaut técnico.
Aclaración: 
Esta no es una columna de opinión. Es la crónica de una pelea. De esos festivales donde media lo espectacular, lo heroico y también el absurdo como lo grotesco. Se hizo en un cine teatro de una de la ciudades más bellas del país, Tupungato. Sí en ese cine teatro Artemisia, que fue declarado patrimonio cultural y que años después lo derrumbaron para hacer un shopping

 Juan José Farías (55,3kg) logró una victoria de película. Con una definición típica del desenlace de un verdadero filme dramático. Fue el héroe y protagonista central en el cuadrilátero montado en el cine Artemisia, de Tupungato.
El boxeador del gimnasio Pablo Chacón venció por nocaut técnico (KOT) al santafesino Víctor Ezequiel Corvalán (56kg). La definición llegó en el cuarto asalto a los 2m 27s y a medio minuto del final del pleito.
Farías sintió de entrada la experiencia de su rival. Dubitativo olvidó su argumento central: la defensa (cintura y visteo) y el contragolpe.
Estático, los cross de su rival llegaron a granel, y ya en el primer asalto, la gran sorpresa: Juan José
visitó la lona y recibió conteo.
Le costó recuperarse, y más le costó encontrar la distancia. Por su parte Corvalán se agrandó y nunca dejó de ir al frente. Sin calidad ni técnica, el santafesino se encargó de poner acción y dramatismo, se robo el rol protagónico y conquistó a los espectadores, expectantes en sus butacas.
En el tercer asalto Juan José mostró algo de los suyo, pero en cuentagotas y preso de la preocupación de intuir que estaba abajo en las tarjetas, y encontrarse con el constante repiqueteo de los ampulosos golpes de su rival.
Llegó el último round y de entrada otro cross de derecha volvió a enviar a la lona al mendocino, aunque el árbitro José Polo Fernández (tuvo una actuación de terror) no le dio conteo, que era más
que obvio.
De ahí en más Corvalán salió a buscar la definición y fue lo peor que pudo hacer, ya que tenía el
pleito en el bolsillo.
A medio minuto del final, Farías se metió por adentro y con un terrible gancho que llegó al mentón del visitante dio por terminado el pleito. Corvalán fue a la lona, se intentó levantar pero estaba todo
definido. Groggy demoró varios minutos en reaccionar y cuando lo hizo sólo se acordó del árbitro, y seguro no se olvidará de éste por mucho tiempo. El rincón mendocino, por su parte festejó lleno de sorpresa y preocupación.
Farías sigue invicto y con sus dos combates ganados antes del límite.
Si bien estuvo lejos de su performance, demostró que también es guapo, batallador, de gran pegada y con mucha suerte.
Fue un final de película. El cine Artemisia fue el escenario poco habitual para el pugilismo, en una
velada organizada por los promotores Ginsburg y Sorroche.