Suplemento Ovación (página 15), Diario UNO de Mendoza 7 de junio de 2005
El mendocino visitó la lona en dos oportunidades y su rival,
Víctor Corvalán, lo tenía a maltraer. A medio minuto del final logró un
espectacular nocaut técnico.
Aclaración:
Esta no es una columna de opinión. Es la crónica de una pelea. De esos festivales donde media lo espectacular, lo heroico y también el absurdo como lo grotesco. Se hizo en un cine teatro de una de la ciudades más bellas del país, Tupungato. Sí en ese cine teatro Artemisia, que fue declarado patrimonio cultural y que años después lo derrumbaron para hacer un shopping
Juan José Farías (55,3kg) logró una victoria de película. Con una definición típica del desenlace de un verdadero filme dramático. Fue el héroe y protagonista central en el cuadrilátero montado en el cine Artemisia, de Tupungato.
El boxeador del gimnasio Pablo Chacón venció por nocaut
técnico (KOT) al santafesino Víctor Ezequiel Corvalán (56kg). La definición llegó
en el cuarto asalto a los 2m 27s y a medio minuto del final del pleito.
Farías sintió de entrada la experiencia de su rival.
Dubitativo olvidó su argumento central: la defensa (cintura y visteo) y el
contragolpe.
Estático, los cross de su rival llegaron a granel, y ya en
el primer asalto, la gran sorpresa: Juan José
visitó la lona y recibió conteo.
Le costó recuperarse, y más le costó encontrar la distancia.
Por su parte Corvalán se agrandó y nunca dejó de ir al frente. Sin calidad ni técnica,
el santafesino se encargó de poner acción y dramatismo, se robo el rol
protagónico y conquistó a los espectadores, expectantes en sus butacas.
En el tercer asalto Juan José mostró algo de los suyo, pero
en cuentagotas y preso de la preocupación de intuir que estaba abajo en las
tarjetas, y encontrarse con el constante repiqueteo de los ampulosos golpes de
su rival.
Llegó el último round y de entrada otro cross de derecha
volvió a enviar a la lona al mendocino, aunque el árbitro José Polo Fernández (tuvo
una actuación de terror) no le dio conteo, que era más
que obvio.
De ahí en más Corvalán salió a buscar la definición y fue lo
peor que pudo hacer, ya que tenía el
pleito en el bolsillo.
A medio minuto del final, Farías se metió por adentro y con
un terrible gancho que llegó al mentón del visitante dio por terminado el pleito.
Corvalán fue a la lona, se intentó levantar pero estaba todo
definido. Groggy demoró varios minutos en reaccionar y
cuando lo hizo sólo se acordó del árbitro, y seguro no se olvidará de éste por mucho
tiempo. El rincón mendocino, por su parte festejó lleno de sorpresa y
preocupación.
Farías sigue invicto y con sus dos combates ganados antes
del límite.
Si bien estuvo lejos de su performance, demostró que también
es guapo, batallador, de gran pegada y con mucha suerte.
Fue un final de película. El cine Artemisia fue el escenario
poco habitual para el pugilismo, en una
velada organizada por los promotores Ginsburg y Sorroche.
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