Vigencia del básquet, que pide proyección

Suplemento Ovación (página 2),

Diario UNO de Mendoza, 29 de junio de 2008

Tan gruñona y reiterativa, esta columna a veces parece un panfleto lleno de reclamos. Más de una vez es un compendio de los tantos faltantes –y bueno... de eso se trata– y gratos fenómenos como el que acabamos de vivir con el Argentino de básquet, que se desarrolló en Mendoza y dejó un abanico de situaciones para
analizar. El torneo demostró que este deporte está más vivo que nunca en nuestra provincia, que los aficionados piden a gritos equipos en la Liga Nacional y en el TNA, los cuales en parte no están por mezquindades dirigenciales.
También quedó en claro algo que es fundamental: la necesidad de contar con estadios con capacidad
para albergar certámenes de esta envergadura. Mendoza sigue sin contar con un estadio provincial, a
diferencia de la mayoría de las provincias, que tienen uno o dos.
Estadios y equipos en las principales ligas son necesidades urgentes para nuestro básquetbol.
Y no sería para nada alocado trabajar también para recuperar viejos clubes. Como para dar un ejemplo, Sayanca, que tiene la estructura, ahora como sede de la Federación Mendocina. Pero qué bien le vendría a la barriada de Pedro Molina volver a vivir en todas sus facetas este bello deporte.
Los buenos jugadores que tiene nuestra provincia buscan en forma desesperada nuevos horizontes, ya que saben que acá el techo está muy próximo. Es más, a nivel femenino se da una gran curiosidad, ya que hay varias jugadoras que son figuras a nivel nacional e internacional (algunas, referentes claves en las selecciones argentinas de mayores y juveniles), cuando en la provincia la primera división está sostenida a duras penas por tres o cuatro equipos. Obvio, son los costos económicos los que llevan a la falta de desarrollo y crecimiento.
El Argentino de básquet en nuestra provincia fue un gran fenómeno, por la convocatoria y las expectativas que generó. Un saldo positivo organizativo (y en resultados) y que sirvió también para demostrar la vigencia, así como también dejó abierto el camino para programas que afiancen, desarrollen y proyecten.

Mendoza está cada vez más lejos de Pekín

Suplemento Ovación (página 2),

Diario UNO de Mendoza, 16 de junio de 2012

Se acerca agosto y cada vez están más cerca los Juegos Olímpicos de Pekín. También Mendoza está cada
vez más cerca del récord negativo en cantidad de participantes.
La última semana fueron varios los mendocinos que en forma individual, o dentro de deportes por equipos, se quedaron afuera, sin chances de ser parte de la delegación nacional.
Cada vez son menos los que pueden alcanzar la clasificación y ya es sin duda paupérrima la participación mendocina.
Esto es parte de la triste realidad que vive el deporte mendocino, que –salvo el ascenso de Godoy Cruz–
no tiene trascendencia ni proyección, sobre todo en el alto rendimiento.
Esto es parte de una planificación donde son varios los factores que se suman, como económicos,
federativo-institucionales y políticos.
Los clubes se caen de a poco y cada vez tienen menos herramientas para crecer y contener, y menos estructura para sostener. Las federaciones, por su parte, escasean de ideas y trabajan por bajar los costos para la realización de competencias. Por ejemplo, cada vez son más caras las planillas, los costos de árbitros y otros, que terminan siendo sostenidos por los mismos deportistas, los que en muchos casos se ven obligados a abandonar la actividad.
Las políticas deportivas son fundamentales y éstas se evalúan a mediano y largo plazo, porque, sin
dudas, gran parte del fracaso deportivo mendocino se debe a las gestiones gubernamentales anteriores, sobre todo a lo poco que pudo (y se le dejó) hacer a la anterior área (subsecretaría) de Deportes de la Provincia, la que no planificó, ni potenció, ni ideó un perfil deportivo provincial, la que no tuvo claridad ni decisión en administrar los presupuestos, para lo que hubiera necesitado de objetivos claros.
Los próximos Juegos Olímpicos habrá muy poca presencia mendocina, si es que la hay, y esto no es casualidad. Tiene explicaciones y responsables. Por lo que ya se tendría que estar trabajando en los Juegos de Londres 2012.

Por ajedrez en las plazas y las escuelas

Suplemento Ovación (página 2),

Diario UNO de Mendoza

Tranquilas, silenciosas, orgullosas de mostrarse y saberse vulnerables. Así son esas personalidades del  ajedrez que otra vez pasaron por Mendoza.
Ésta es vez la excusa fue el campeonato Argentino, y seguro que volverán al Memorial Manuel Pereyra o a otro torneo, ya que, desde hace mucho tiempo, referentes locales trabajan (insisten con paciencia y pasión ante oídos sordos) para popularizar esta actividad, llevarla a todos los clubes, crear escuelas e instalarla  dentro de la currícula del sistema educativo.
Este juego milenario y cosmopolita, simbolista y estratega, no deja de ser una ciencia, pero tampoco un deporte, ya que necesita de un cuerpo preparado, fuerte, consistente para sostener una mente que a la vez pueda desarrollar al máximo el razonamiento y una psiquis que no se quebrante.
Sobre ese tablero hay piezas (trebejos) que simbolizan la guerra, pero quienes luchan no son esas figuras, sino dos personas buscando imponer una estrategia, una técnica, una táctica, una idea, una teoría, una cosmovisión.
Necesitamos tableros en los clubes, las plazas, las escuelas... ¿Qué mejor forma de aprender matemática que jugando?, ¿no? ¿Qué mejor forma, antes de estrellarse con el facilismo fáctico (el sentido común), que
comprender todo ese mundo que se teje, que hay por resolver en dos o tres jugadas posteriores?
El ajedrez necesita del cuerpo y de la mente. Enseña a atacar, a defenderse, sabe de sacrificios y derrotas, de constancia, de victorias y, sobre todo, la necesidad, la posibilidad y la satisfacción de jaquear al rey.
Mas allá del prestigio que le dan a esta tierra torneos como el Argentino o el Memorial Pereyra, estos torneos generan curiosidad en aquellas personas que no están emparentadas con este juegociencia
deporte. Habría que aprovecharlos para que sean asimilados como parte de nuestra cultura y nuestra educación, algo que el Alfil sabe y de lo que está convencido. Por eso, mas allá del color que le toque ocupar dentro del tablero, busca conducir su bando, que tiene la iniciativa, ya que no se convence con pactar tablas.