Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 4 de junio de 2006
Es difícil llegar a dimensionar lo que significará tener un equipo en la primera del fútbol argentino, y estamos a sólo a 60 días de comenzar a vivir una nueva historia.
Godoy Cruz ya entró en la cuenta regresiva para una nueva etapa en el balompié de la institución y de
Mendoza.
Las recurrentes preguntas que a diario se dan en los espacios donde se habla, se discute y se sueña con el fútbol es saber cuáles serán los refuerzos, quiénes son los que llegarán y quiénes los que se van. Por el momento, lo que está claro y sobresale son las sumas inalcanzables que piden jugadores que aún les queda muy grande el mote de “ser de primera”.
Más allá del presupuesto del club, de los ingresos que lleguen por la televisación y de las entradas, el Tomba dejó en claro que tiene una cuota extra y superlativa, un gran potencial en su semillero, en su cantera.
Y son los pibes del club, los que potenciarán no sólo al Expreso sino a la identidad del fútbol mendocino, ya que son los referentes locales, los que comparten historias comunes de barrio y son parte de la comunidad,
y son ellos los que tienen más ganas de trascender y demostrar que “Mendoza es de primera”.
No sólo será la primera temporada, sino una dura prueba, donde dirigentes y jugadores deberán luchar contra la inexperiencia de esta instancia, sino también contra un torneo que está hecho para castigar al que
asciende (un intruso para los intereses afistas), que por lo general se trata de un club del interior o de los denominados chicos.
Ojalá el Tomba consiga esos refuerzos clave para fortalecer la columna vertebral del equipo y pueda lucirse con los jugadores de la casa para pasar esta dura prueba, que será un torneo donde obviamente el gran objetivo será la permanencia.