Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 22 de mayo de 2005
Relajado el monstruo, sin su bozal, grita y escribe con sus dañinos y enormes tentáculos. Festeja en su gloria de lapidación de lo privado. La supuesta infidelidad que involucra a los futbolistas Ameli y Tuzzio ha sido tapa, y tema central y de análisis. El manotazo también profundizó sobre el enojo del tenista Gaudio con su
colega Coria.
El ámbito privado de las personas vuelve a ser avasallado, burlado con tintes de sainete y hasta con ensayos
sobre si hay profesiones que predisponen a la infidelidad, sobre si existe la amistad entre el hombre y la mujer, y si es recomendable que jueguen juntos los involucrados.
Otra trama telenovelesca se dio con la crítica que Gastón Gaudio le hizo a su colega Coria por no jugar, fingir y pensar sólo en él (y no en el equipo) con vistas a Roland Garros. Sale a la luz la categoría de equipo, nación, compañero en uno de los deportes cuya esencia ideal en su nacimiento, como disciplina de la aristocracia y alta burguesía centroeuropea, era de un “hombre sólo mostrando su destreza, disciplina, inteligencia y fortaleza”. Ameli, Tuzzio, Gaudio y Coria terminan siendo una pantalla de hechos públicos más importantes.
Esta semana, tras 28 años de gestión –pasaron 12 presidentes en la Argentina–, dejó el mando al frente del Comité Olímpico Argentino (COA) el coronel (R) Antonio Rodríguez, aquel que asumió durante la última dictadura, unos meses después de que sus camaradas torturaran y desaparecieran al maratonista Miguel Sánchez.
El coronel se retira con los “honores” de haber adherido al boicot que Estados Unidos encabezó contra los
Juegos Olímpicos de Moscú ’80 y de haber recibido del gobierno australiano una denuncia por hacer “lobby pesado” para votar por Berlín y por no por Sydney (ciudad que terminó votando y fue sede de los Juegos del 2000). Pero Rodríguez no sólo se fue dejando una pesada carga de pobreza deportiva , sino también a su candidato y su línea: ahora, el titular de las federaciones olímpicas del país es Julio Cassanello, quien está en este organismo desde 1975 y fue intendente de Quilmes durante la dictadura militar.
Centrados en la intimidades de los protagonistas, nos olvidamos de los actos públicos que repiten lo más lamentable de nuestra historia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario