Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 8 de mayo de 2005
Reconocer las raíces, el proceso formativo y el club de origen es una necesidad, una obligación. Por eso es
bueno el proyecto de ley del legislador Eduardo Bauzá –cuenta con el apoyo de sus colegas Omar Parisi y
Luis Serralta– que buscará justicia para las instituciones futbolísticas locales. Estas deberán recibir una indemnización por cada jugador que firme un contrato profesional en los clubes de la AFA.
Parte del proyecto exige que por cada año de contrato el club de procedencia del jugador deberá recibir dos mil pesos.
El Estado tiene la obligación de controlar y exigir los derechos tanto de los clubes locales, pero también es necesario que no se olviden de los jugadores. Estos atletas, insertados en una cultura globalizada y profesionalizada, no son una simple mercancía, por más que sean considerados sólo como cuerpo cargado de habilidades y destrezas con un corto período temporal y espacial.
Los clubes tienen derechos, pero cuáles, y quién les exige a éstos sus obligaciones. ¿Qué le dan hoy las instituciones mendocinas del balompié a sus pibes? Hoy, lejos de la fuerza y los valores nacientes de contención social-actividad lúdica, ahora además de cobrarles una cuota a la chicos, los entregan a los intermediarios de la perversa industria del fútbol, a los mediadores, managers y representantes.
¿Los clubes son los formadores de los pibes?, si en el mayoría de los casos son los padres lo que tienen que pagar una cuota mensual y el equipo de los chicos.
¿Exigirán derechos las “escuelitas” de fútbol, las gerenciadoras?
El nuevo proyecto de ley es importante porque exige derechos, y deja abierto para que se regule, se conozca y apoye a las instituciones sociales que cumplen varias funciones, muchas de ellas supliendo las obligaciones del Estado.
Ojalá que el proyecto de ley prospere, crezca y también apueste a algo más que pedir un pedazo, una tajada, una porción, del valor agregado de un jugador de un fútbol.
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