lunes, 17 de julio de 2006

Las parodias que trae el control antidopaje


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 17 de julio de 2006

La gran pregunta es por qué el doping persigue al ciclismo, y la respuesta es sencilla: es uno de los pocos deportes donde se hace el control antidopaje y, obvio, proliferan los positivos, los dopados.
Los hipócritas de otras disciplinas disparan contra el ciclismo cuando bien saben que las grageas, inyecciones y jarabes proliferan, son moneda corriente y hasta recomendados por preparadores físicos y técnicos de los atletas.
El dopaje es castigado sin importar qué se toma, para qué se toma y quién lo toma. Hay sustancias que son para potenciar la producción, la performance y otras que son propias de las adicciones. En una se hace trampa y en las otras se trata de una enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud.
Unas deberían ser castigadas por ser una trampa y las otras en vez de recibir castigo debería prever un tratamiento, un seguimiento.
Las sustancias dopantes son una carrera que llevan los propios laboratorios buscando el cuerpo perfecto y el negocio que esto significa. Se trata de una creciente industrialización del mecanismo físico, donde el ciclismo, por ejemplo, les sirve como campo de prueba y los ciclistas como ratas de laboratorio. Resistencia y velocidad, dos ítems para explotar, nos queda la fuerza y para eso tienen la halterofilia (pesas).
No defendamos a quienes se dopan pero preguntémonos quién auspiciaría a un deportista que no gana y que no llega, y de qué vive un deportista profesional en nuestro medio si no es con un auspicio.
La cadena se corta por lo más fino y es más fácil acusar al atleta en vez de ver qué se hizo para educar,
seguirlo y apoyarlo para evitar el dopaje. Vale preguntarnos por qué es más fácil comprar sustancias
dopantes que multivitamínicos, aunque es una pregunta que se responde a sí misma cuando vemos atletas mal alimentados y sin la indumentaria mínima para la práctica de sus deportes.
La Vuelta de Mendoza vuelve a recibir un cachetazo tras otro, muchos de ellos de dirigentes de otras disciplinas que promueven en sus divisiones formativas sustancias dopantes para que los chicos sean más altos y más fuertes.

domingo, 9 de julio de 2006

Sí, es cierto: faltan estadios, ideas y trabajo

Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 9 de julio de 2006


No toda la culpa es del estadio. Si no estamos, si no llegamos, si no existimos, no sólo por la falta de estadios, será por que no hay equipo, no hay atletas destacados, y no los hay por falta de dirigentes, de políticas deportivas, de proyección. En el fútbol hay estadio, y pasaron casi 30 años para tener un equipo en el elite…
A muchos les cuesta preguntarse dónde estamos, qué somos, qué queremos, qué podemos. Que no hay presupuesto es cierto, y cuando lo hay qué. En Malargüe hace rato que están buscando comprar una plaza de lo que sea, y traer un equipo de donde sea es lo más fácil y lo políticamente correcto a corto plazo, total a quién le importa sentenciar a los suyos al simple rol de espectadores y recepcionistas.
Cada lugar se puede adaptar a sus condiciones climáticas y culturales, como lo hacen distintos pueblos y ciudades del mundo, desarrollando las actividades posibles para sus ciudadanos.
Pero eso se trabaja a largo plazo. Podemos ser una de las provincias más pobladas y ricas del país, y hay quienes lloran por la falta de un estadio para grandes espectáculos deportivos, cuando esos deportes con los que sueñan, en los “torneos nacionales” se quedan cada vez con menos clubes, con menos divisiones
formativas, con menos seguidores.
Alguien se tendría que imaginar en el armado de un trabajo piramidal de continuidad entre la escuela, las políticas de contención social del Estado, los clubes federados y el alto rendimiento.
Soñemos nomás y no olvidemos que de un día para otro se “perdió” la plata para las tribunas del velódromo provincial que se cae a pedazos, que cada vez hay menos pistas de atletismo, que hace rato prometen y nunca llega el sintético de agua para el hockey sobre césped, que el estadio Pascual Pérez está vedado para el boxeo por vendettas políticas, que la mayoría de los jugadores de los clubes de fútbol en los torneos de ascenso nacional están formados por futbolistas que no provienen de sus inferiores.

domingo, 2 de julio de 2006

Recuperar el nivel histórico y hasta superarlo


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 4 de julio de 2006

El boxeo mendocino recupera su nivel histórico, si no es que lo supera.
Desde finales de los ’60 hasta mediados de los ’80 siempre hubo mendocinos ranqueados a nivel mundial, uno que entraba, otro que salía. Desde mediados de los ’80 llegó una profunda crisis que comenzó a cambiar con el fenómeno Chacón, desde que el lasherino logró la medalla olímpica hace 10 años en Atlanta y sobrevino su rápido salto al profesionalismo.
Esta semana la Asociación Mundial de Boxeo (la más antigua y con más prestigio en el mundo de los rentados) dio a conocer sus clasificaciones y dos mendocinos ingresaron entre los 10 primeros, el
malargüino Juan Carlos Reveco, quien ocupa el cuarto lugar en los minimoscas, y el tunuyanino Pablo Estrella, posicionado 7º en los plumas. En común tienen el haberse desarrollado en la provincia y el ser parte del gimnasio Pablo Chacón, en Las Heras, ambos con un rico pasado amateur en sus gimnasios.
Son dos generaciones distintas: Reveco, con 22 años, ya tiene el título latinoamericano y confirmada una eliminatoria mundial para octubre. Estrella, un veterano de 33 años que ya combatió por el cetro máximo y está cerca de una nueva chance, es un símbolo de sacrificio, de crecimiento técnico, físico y personal.
El boxeo, sin recursos ni promotores, con unos pocos dirigentes y con muchos gimnasios pobres y olvidados pero consolidados en los barrios como centros de contención social, le da al deporte mendocino el mérito de figurar entre los top ten mundiales.
Pero no es casualidad, por algo la selección argentina (masculina y femenina) tiene representantes de estas tierras, no por nada los tres últimos Juegos Olímpicos contaron con púgiles menducos, no por nada el  Guantes de Oro que organiza San Martín es el torneo regional más grande de Sudamérica.
El boxeo es parte de la historia más rica del deporte mendocino, pero a diferencia de otras disciplinas logró
resistir, aguantar, se retroalimentó y ahora vive un gran momento, más aún si se tiene en cuenta que los que se proyectan, los que se vienen, muestran cantidad y calidad.