jueves, 12 de junio de 2014

Esos sueldos y esas trafics tan lejos de una verdadera democracia

Diario UNO de Mendoza (página 10), 11 de junio de 2014

Son improductivos, desconocidos y para nada representativos. Esta vez quedaron en foco los legisladores municipales, esos concejales de consejos de bolsillo y de billeteras que embolsan sueldos que superan los $30.000. ¿Es tanto? Y sí, es una barbaridad, un despropósito, una burla, una provocación cuando se lo compara con lo que cobra un docente, un obrero de su misma comuna o un empleado de comercio, quienes nunca fueron consultados sobre cuánto deberían ganar sus “representantes”.
El 99,999% de los vecinos desconoce desde el nombre y obviamente la trayectoria (si es que la tienen) de sus ediles. Es más, éstos llegaron a su banca detrás de un intendente cuyo único valor en consideración es la asiduidad con que limpian las acequias. En muchos casos representan a los intereses de líneas internas partidarias contrapuestas al mismo mandatario comunal, o son los punteros del cacique del municipio vecino, o son el pariente de alguien dispuesto a tomar el trono si el jefe avanza un par de casilleros en la carrera política.


Esto se traslada también a los diputados y senadores, cuerpos legislativos un poco más glamorosos, verborrágicos, sutiles, conspirativos y costosos, que al igual que sus pares conspiran contra la democracia, al esconderse, al usufructuar de lo público, al separarse de sus representados, y lo hacen también al desideologizar sus acciones, sus proyectos y sus votos, al camaleonizarse para lograr un salto que los coloque donde haya una dieta o un sueldo oneroso e irracional, o un cargo con despacho incluido para negociados, roscas y acomodos.
El martes la universidad se sumó al voto directo de sus cargos ejecutivos, y el poder político motorizó su estrategias, su experiencia. Así los apartaros partidarios movilizaron trafics, apretaron a más de un contratado, marcaron sobres y siguieron sembrando de mierda a la democracia que tanta sangre costo recuperar.
Los sueldos de algunos privilegiados fue lo que reflejó el domingo una nota de Diario UNO, la que mostró algo que es recurrente, antiguo y que terminó despertando la ira y la bronca de quienes trabajan, de quienes construyen un mundo mejor y no llegan a fin de mes.
Algún día los representantes representarán los que votaron sus representados. El mandato será algo ético y un cargo será mucho más que un sueldo.
Por otro lado ni legisladores, ni funcionarios y menos aún economistas lo reconocerán, pero la plata está, la cosa es decir dónde, la cosa es decidir cómo repartirla.

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