Diario UNO de Mendoza (página 8), 14 de octubre de 2015
¿Dónde está la plata? ¿Adónde se fue? ¿Pagarán el sueldo en los próximos meses? ¿Qué hacen con la recaudación? ¿Los proveedores seguirán proveyendo? ¿Qué hacen con las regalías? ¿Abonarán el aguinaldo? ¿Seguirán los micros con el valor del pasaje actual o se cuadriplicará? ¿Qué hacen con las coparticipaciones? ¿Despedirán los contratados?
Deben, piden, se prestan, se nombran, se reeligen. Van, vuelven, se reubican. Prometen, se justifican y se cagan en todo. Colocan familiares, digitan categorías y sueldos y se rodean de inútiles e invisibles asesores. Hablan de despidos, del juego de la silla y viajan por el mundo. Subsidian lo privado y hacen caridad en lo público. Se endeudan, reestatizan para privatizar. Cambian sin cambiar, mutan, están y siguen.
Acompañan al empresario para charlar con el juez que analiza darle vía libre al cianuro. Sonríen, se sacan una foto para la campaña, dicen eso que hay que decir, y que todos quieren escuchar. Abrazan, agitan y si hay que llorar, les sale.
Los días avanzan en un año que lo que seguro evidenciará será que el poder no está en el que dice tenerlo, o en quien busca conquistarlo, o en el que es acusado por cómo se le escurre, sino que todos estos que comparten la lucha por cetro de la administración son copartícipes del poder.
Stolbizer cuenta con los votos radicales, los radicales se cuelgan de Macri, Binner llama a cortar boleta, Massa arma un equipo kirchnerista, el kirchnerismo lleva un candidato menemista, el menemismo recomienda el team económico macrista quienes el 25 contarán con fiscales radicales. Todos cuentan con un pope sindical en sus filas, a veces de la misma central, de la misma familia.
Los padres de la derrota del oficialismo mendocino son figuras en las listas de cargos legislativos y Parlasur de los próximos comicios nacionales. Los ultra K y los anti K no comparten actos pero calculan juntos los porotitos de las encuestas para proyectar “cuántos entran” de la lista que los tiene como compañeros en una de las listas peronistas. Mientras destratan a Paco Pérez, lo bajan de un avión, le cargan todas las culpas y le dan la espalda masiva, su nombre ocupará toda una boleta. Los opositores por su parte juegan a no tener pasado, a no haber cosechado descrédito, movilizaciones e insultos cuando gobernaron; por ahora tienen más internas que sus competidores, pero el rejunte resucitó personajes, personeros y sellos.
En la cárcel no hay ningún político, ni los potentados amigos del poder de turno que los financian para futuros financiamientos.
Ya hay quien mira de reojo el cajero automático como si fuera éste el que le viene ninguneando el sueldo. Ya hay quienes ven el fantasma del desempleo y sabiendo que los ñoquis siempre se salvan, y les son funcionales al cacique de turno, se entrenan para el juego de la silla, aunque ésta ya está reservada.
El año electoral sumará en 9 días una nueva votación, quizás la más importante, la que permitirá entronizar y condecorar con fueros a los responsables de repetir las acciones de quienes los señalan.
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