Diario UNO de Mendoza (página 8), 27 de enero de 2016
Amedrentar y disciplinar. Confundir y aleccionar.
La catarata de acusaciones, presunciones y prejuicios es infinita: trata, drogas, lavado, contrabando, robo, peculado, armas. A diario entre Gerardo Morales y Elisa Carrió entregan un nuevo argumento para justificar que Milagro Sala esté encarcelada. Quizás alguna o varias de las acusaciones que se le hacen a la líder de la organización Tupac Amaru sean cierta, o quizás ninguna. Pero hasta el momento lo único cierto es que la referente social jujeña esta presa por protestar, por hacer política, por “instigación a cometer delitos y tumultos” que es sinónimo del acampe de un multitudinaria ONG en la plaza principal de su provincia.
Hace unos días Macri se enojó, y dio por terminada una conferencia de prensa, cuando en Suiza le compararon a Milagro Salas con el líder opositor venezolano Leopoldo López.
El ex alcalde López fue apresado por liderar y llamar a una marcha “no pacífica” contra Chávez. Luego el líder de la derecha fue juzgado por varias causas. Desde el chavismo lo acusan de provocar la muerte de decenas de personas durante la movilización de Miraflores, de propiciar el golpe y secuestro del entonces presidente Hugo Chávez, de participar en la detención ilegal del ex ministro Rodríguez Chacín, de liderar acciones desestabilizadoras (las guarimbas), de incentivar una sublevación cívico-militar, de deslegitimar al gobierno para una intervención extranjera; y esto es sólo un ápice de la lista de acusaciones, presunciones y prejuicios contra López que incluyen negociados con multinacionales y contactos con la CIA.