"El coraje es contagioso", expresó el ex analista de
inteligencia Edward Snowden, quien hace tres años filtró miles de
documentos clasificados que dejaron en evidencia el espionaje que
Washington ejercía a nivel masivo, aun en países "pacíficos y aliados".
Esta vez la filtración la consiguió un consorcio internacional de
periodistas, que les mostró a líderes y funcionarios del todo el mundo
en el montaje de empresas offshore para la tiangulación de depósitos en
paraísos fiscales, en síntesis, lavado de dinero.
Aunque
en realidad el escándalo sólo blanquea el funcionamiento del sistema
financiero mundial. Son billones de dólares los que protegen esas cuevas
fiscales. Por ejemplo, se calcula que hasta 30% de todo el patrimonio
financiero del continente africano está en el extranjero.
Personajes
del deporte y la cultura se encuentran entre los clientes de la fábrica
de empresas de papel, pero sobre todo varios presidentes, primeros
ministros y reyes, como también allegados a los mandatarios.
Son
miles las empresas que gestionó uno sólo bufet, el que investigaron,
del que se filtró la información, lo que supone que esta actividad debe
tener cientos de miles de compañías que hacen sus depósitos en países
donde éstos y los bancos radicados allí tienen protegida la información,
los mismos bancos que operan en los países desde donde las empresas
evaden el fisco, los aportes sociales, o directamente no pueden
justificar el dinero, ya que se trata de trabajo esclavo, trata de
personas, proxenetismo, narcotráfico o sobornos.
El
Panamá Papers es un escándalo internacional y ya se llevó puesto al
primer ministro de Islandia, Sigmundur Gunnlaugsson, y al titular de la
organización Chile Transparente, Gonzalo Delaveau.
Por
estas tierras y más allá de que hay un detenido en Mendoza y un par más
en Buenos Aires, por estas horas hay mas solidaridades, silencios y
justificaciones que señalamientos contra la corrupción. Sólo se ataca
políticamente y no como una cuestión ética. La corrupción está entre las
formas y "el presupuesto" de la economía. La corrupción es una de las
formas y estrategias de la política para conquistar y conservar el
poder. Corrupción que llega de aportes corruptos y con que se corrompen
jueces, periodistas y a todo lo que complique sus tiempos y esa forma.
Hay una jerga de la corrupción, una apología de la misma.
La corrupción se ha naturalizado.
"Quedate tranquilo, que Mossack Fonseca te lo hace parecer legal y listo".
La
corrupción política se evidencia en las cárceles, las que sólo están
pobladas por pobres. Mientras, quienes arengan discursos hablando del
pueblo, los pobres o de la pobreza cero cuentan millones con una
maquinita, la esconden, la evaden o directamente utilizan la chequera de
una comuna como si fuera propia.
Mientras las
economías ajustan salarios y achican el consumo de un sector, el más
empobrecido, queda claro que son cientos y miles los que operan a través
de empresas offshore para lavar dinero y evitar pagar impuestos.
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