miércoles, 21 de noviembre de 2012

No es vandalismo, es una serie de atentados

Diario UNO de Mendoza (página 12), 21 de noviembre de 2012
Destruyeron el Friso de la Memoria
Con los juicios de lesa humanidad, crecen los aprietes contra referentes de los derechos humanos 
No fue un acto vandálico, ni un caso asilado como se quiso mostrar desde el Gobierno. Fue un atentado político. Simbólico y fáctico. No es el primero y es parte de una seguidilla de amedrentamientos con los que se viene golpeando a los sectores de derechos humanos, sus organismos, sus militantes, sus abogados. Ahora destruyeron el “Friso de la Memoria”, la obra artística que enfrente de Tribunales Federales recordaba a los desaparecidos mendocinos durante la último genocidio en la argentina comandado por la dictadura cívico militar iniciada por Jorge Rafael Videla.
El ataque se da en medio del tercer juicio por crímenes de lesa humanidad que se realiza en la provincia y donde cada uno de los testimonios siguen desenmascarando las redes mafiosas que asolaron casi una década al país y que luego se fueron camuflando en lugares de privilegio (económicos o políticos) durante los gobiernos democráticos que sucedieron a la sangrienta dictadura.
El fin de semana rompieron un friso pero no borraron los nombres grabados en este, ya que la memoria y la sed de justicia ha podido mucho más que los mecanismos siniestros que desde el Estado ejecutaron sus grupos armados y paramilitares que ven cada vez más cerca las sombras de las rejas.
Hace rato que vienen destruyendo, tapando, ensuciando murales y monumentos relacionados con la libertad, con las utopías, con los sueños, y con los protagonistas de estos. El año pasado desapareció la placa del monumento de Madres de Plaza de Mayo de la esquina noreste de la mendocina plaza San Martín.
Estos grupos que extrañan la impunidad que les otorgó la tiranía militar de los ’70 vienen desde hace semanas atacando a los sectores de los derechos humanos. Han “interceptado” y enfocado su accionar contra varios de los abogados referentes de los organismos de DDHH.
Las amenazas también han llegado a jueces, fiscales y periodistas. Todo en torno de los juicios.
La destrucción del Friso de la Memoria se suma a los afiches, las llamadas telefónicas y los mails con los que buscan amedrentar, amenazar y asustar desde el anonimato, que es el lugar que más les gusta y desde donde operan para seguir ametrallando en las redes sociales o en los foros de la plataformas on line de los diarios.
Parte de la basura que disparan deja claro que tienen bien presente las tácticas, las técnicas y los métodos de represión que se utilizaron décadas atrás.
Están incómodos, preocupados, saben que los juicios están sacando a la luz algunos de los cómplices (ver como ejemplo página 8) que pronto serán juzgados y que servirá para conocer otros personajes involucrados en los crímenes de lesa humanidad.
Como ya se señaló en esta columna: los derechos humanos son una pequeña gran conquista de quienes aspiran a un mundo mejor. Fue una forma de organizarse, visibilizar, denunciar y poner freno a los abusos y las injusticias, y también, de ser posible, de condenar a los ejecutores de los estragos que se repiten a diario y en forma naturalizada en diversas latitudes del mundo por parte de los gobiernos, sobre todo donde no se respetan los derechos humanos y reina la “mano dura”.

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