Diario UNO de Mendoza (página 8) 11 de marzo de 2015
La mendocinidad anochecida y húmeda. Botritis. Los éxitos de la discografía internacional paseaban el audio por los cerros, por el Parque, en el oeste el Norte sentenciaba sonriente y seductor, perverso: “El egoísmo de ser dueño de tu vida/ Eres mía… mía mía mía”. Y el ritmo, los aplausos, el show y la luces le daban el turno al sometimiento hecho versos, hecho voz: “A ver, a ver permíteme apreciar tu desnudez/ Relájate, que este Martini calmará tu timidez”. Mientras que en el centro ya olía a biferas de carritos, esos cerca de la Alem donde ya no hay ni ídolos ni líderes, y la idea, según explicaba el viejo militante, “es ganar algo, a costa de lo que sea, y aunque sea yendo atrás del que admira al ministro de Economía que nos subió a un helicóptero”. El último hielo ya era vapor. Unos pocos kilómetros más allá poco importaba lo importante y nuevos nombres llenaban la mesa donde junto con los últimos maníes cerraban listas, filas y trafics, y pronosticaban un largo y tedioso conteo que diría si la cosecha servía para pedir un lugarcito en el próximo gabinete, ya que a la peor de las tormentas no se le niega un subsidio.
“Si te falto al respeto y luego culpo al alcohol/ Si levanto tu falda… ¿Me darías el derecho a medir tu sensatez?”, decía el sombrío y amenazante eco que llegaba de lo alto. En el centro ya nadie buscaba explicar lo inexplicable y las veredas esperaban la llegada de quienes deshabitaban las gradas. Algunos manteles y muchas luces. Y más allá, limpiaban la sal de la mesa donde habían rodado algunos maníes.
La violencia hecha palabras, cultura y arte. Hipocresía de lo que se vende como idea y sólo es la estrategia para poder sostener algunas piezas en el tablero de la próxima jugada. El traidor repatriado “ya no mide” y se queda cada vez más solo. Hay un estribillo que es más que un estribillo, que queda pegadizo, que lo sostendrá más de un video, que hace daño y que lastima aunque el ritmo, la popularidad y los aplausos lo sostengan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario