miércoles, 26 de agosto de 2015

Arde Tucumán, pero con sus votos, dicen que está todo bien

Diario UNO de Mendoza (página 10), 26 de agosto de 2015

Todo está bien en Tucumán –dicen– por más que arda, que ardan sus calles y las urnas. En Tucumán está todo bien –argumentan– por eso ganó el oficialismo y el fuego de la represión. En Tucumán está todo bien, el caciquismo está aceitado en todas sus formas, lo ilegal tiene marco jurídico y punteros para su ejecución.
En Tucumán están los acoples (los de los gobernantes y los de la oposición), esas listas espejo, o lemas o paralelas, esas formas de inflar, con recursos económicos, un sello, lo que se manifiesta en miles de candidatos y boletas, en hampones custodiando las escuelas, en matones golpeando fiscales, incinerando votos o llenando las urnas antes de la votación, en síntesis serviles al poder para conservar el poder.
En Tucumán no falta comida, está en bolsones y se reparte el día de las elecciones. Y esto está bien, porque lo hace la gente del ganador como ya lo hizo antes la gente de los que ganan –explican–.
Peronistas, radicales y macristas quemaron urnas, y no crean que los Bussi están allí para proteger la democracia y las libertades. Pero dicen que en Tucumán está todo bien cuando la amenaza y la extorsión es moneda corriente.

martes, 25 de agosto de 2015

Los abrazos de Eduardo Galenano

Revista La Correntada (pags. 16 y17). Agosto de 2015.
 En la web:  http://revistalacorrentada.com.ar/2015/08/24/los-abrazos-de-eduardo-galeano/

“Elegir se considera de mal gusto; se cultivó la equidistancia con helado cinismo. El oficio de escribir se considera decoroso cuando se practica como coartada de quienes se avergüenzan de toda emoción y se arrepiente de toda pasión”  (E. Galeano. “Nosotros decimos no”)

Galeano en Mendoza.  Foto de Mariano Nadalich.
Un escenario claro: Latinoamérica, con sus personajes, sus protagonistas, sus contradicciones, sus dolores, sus revueltas, sus magias, y sus consignas; sus sueños y sus recuerdos; con sus colores, sus músicas, sus lágrimas y sus puños. Obvio que hablamos de Eduardo Galeano, el periodista, el escritor, el setentista de los setentismos del nuevo siglo.
Galeano, el escribidor que también se aferró a la imagen para llevar con la oralidad el logrado microrelato a sus públicos. El narrador de sus textos, esos donde la metáfora marcha en primera línea, donde la anécdota libera historias y desenlaces múltiples. Sabía del poder de la palabra y se empoderó de ella en todas sus formas. Fue sonoridad, y cadencias; puntos, suspensivas comas. Centralizó en sí mismo los planos de la imagen que lo tuvo en foco, como protagonista en sus últimos años, cuando repasó su obra, cuando su voz recreó la existencia de esos rincones olvidados, esas historias negadas, esas personas deshumanizadas.
“Busco hechos de la realidad para que la realidad me cuente cómo son las realidades que ella esconde”. Galeano, el que escribió Historias de Fuego y dirigió la revista Crisis, fue un militante sin partido, un contestatario que se dejó seducir por las izquierdas y los movimientos populares. Fue un buscador de alianzas inconmensurables, y quien mientras más “políticamente correcto” se ubicó, más discusiones y críticas abrió y cosechó dentro del campo de la lucha y la resistencia.
Galeano jugó con su prosa y su prosa recordó los juegos de las culturas dueñas de estas tierras, aunque su debilidad, hablando de juegos, fue el fútbol; quizás por eso formó delantera con dos amigos, Osvaldo Soriano y Roberto Fontanarrosa, con los que compartió la pelota en ese equipo rioplatense donde lo fantástico y lo heroico pasaba, también, por los suburbios o un café.
Y jugó a gambetear géneros, prejuicios y encasillamientos. Los manuales pertenecían al enemigo. Llenó su extensa obra literaria de política, su obra periodística de literatura. Hizo periodismo comprometido en el texto y en el contexto. Sabía que un buen texto llevaba consigo otros tantos.
El escritor uruguayo fue un admirador de Rodolfo Walsh, con quien no solo recorrió la Cuba revolucionaria sino que intentó embarcarse en ese periodismo que buscaba ser reconocido como un género literario. Y al respecto, podemos hablar de Galeano con lo que él dijo sobre su “maestro” Walsh en una entrevista que la Agencia ISA le hizo, en Montevideo, en 2006. “No vivió ni mentido ni mintiendo, no usó ninguna mascarita para andar por ahí. Rodolfo eligió, en las palabras que escribió y en la vida que vivió, un camino difícil: el camino de la comunión entre la palabra y el acto, entre el compromiso político y su tarea creadora”.
Galeano buscó escapar de la solemnidad del mundo de la literatura y de sus literatos, lo hizo como su amigo Roque Dalton, ese poeta salvadoreño de la discrepancia, del fusil, ese que “nunca aprendió a callar ni a obedecer, y ejercía un desafiante sentido del humor y el amor”.
Leyó poetas e hizo que éstos revisaran sus textos antes que dejaran de serle propios. Así Juan Gelman fue uno de sus críticos íntimos, ese que lo llevaba a sus “más profundos adentros”, ese que “celebra esa unión peligrosa y fecunda, la voluntad de justicia y la voluntad de belleza”.
Memoria, una palabra tatuada en su acción. La memoria de los genocidios que sufrió esta tierra, con sus destierros, desapariciones, torturas y exilios, condición ésta que también conoció el autor de Patas arriba. Recogió, guardó y escribió de las memorias de sus pueblos, las escribió también en el barquito de Haroldo Conti, “su hermano del alma”, ese escritor del río que la dictadura lo arrojó a los tiburones.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Rumores sobre el gran proyecto “prohibidor” de conocido legislador


Diario UNO de Mendoza (página 9), 19 de agosto de 2015


“Horario corrido tanto laboral como escolar y desde las 18, toque de queda. El vino pasará a ser un elemento estético, de culto, pero no podrá ser ingerido, menos aún otras bebidas, como las blancas o rubias o negras. Las plazas y los espacios verdes no podrán ser utilizados más de 20 minutos, salvo por los adolescentes, quienes no podrán ingresar en ningún caso, es más, deberán mantener una distancia de 500 metros, a estos tampoco se les permitirá entrar en  centros comerciales u otros lugares públicos. Los auriculares deberán ser utilizados no sólo en los colectivos, sino también en veredas, livings y habitaciones. Los perros utilizarán bozal las 24 horas y en caso de ser vistos en la vía pública, serán trasladados a un crematorio, lo mismo cuenta para gatos y otros bichos domésticos. Carteles, afiches, pintadas y todo lo relacionado a manifestaciones políticas como artísticas no convencionales serán castigadas con penas máximas”, todo esto fue parte del proyecto que pensaba (o que piensa) presentar un diputado provincial al que le queda poco en el cargo, eso cuenta un par de exagerados que conocen el paño.
Dicen esos que reinterpretan los transcendidos de pasillo, y que luego otros escriben con sorna en las columnas de opinión, que en ese proyecto se especificaban algunas excepciones para fiestas, reuniones, horarios, brebajes, dosajes y decibles en los SUM de algunos country, los que contarán con su propia legislación y fuerzas de seguridad.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Mendoza, donde los troskos salen de la secta y la UCR, de la tumba

Diario UNO de Mendoza (página 9), 12 de agosto de 2015

Mendoza no siguió la lógica nacional, o por lo menos los números no coincidieron con la media que redundaron en los grandes centros urbanos. La mendocinidad mostró matices a la hora de votar y elegir. Estas tierras ya impone, desde hace rato, sus propias tendencias, y eso quedó evidenciado el domingo, o el lunes a la madrugada cuando comenzaron a dar los resultados de las primarias abiertas.
Vemos como el innovador justicialismo local, el que fue el primero en despegarse del Frente Para la Victoria, por lo menos de los colores, discursos, referentes y del calendario electoral aunque no del nombre, no lograron ni el arrastre. Más allá de que buscaron “mostrarse” juntos como buenos peronistas, los aún dueños del Estado local siguen en baja, perdiendo terreno, cediendo y cosechando tanta incertidumbre interna, como desprestigio externo.
También quedó en claro que la supervivencia en el país del radicalismo está por acá. Mientras a nivel nacional firmaron su desaparición tras la rendición y obediencia hacia el neoliberalismo de Mauricio Macri, el partido de Alem e Irigoyen logra ser en Mendoza la cabeza de león para aglutinar al amplio espectro conservador, y así además de ser los más votados, apuntalan a su última y resistida figura, Julio Cobos. Por primera vez no habrá un radical en una elección presidencial, lo que seguramente llevará a una guerra intestina.
Pero el que dio la nota, la sorpresa, y el batacazo en Mendoza fue el Frente de Izquierda y los Trabajadores. Por primera vez el frente único, el de los troskos, apostó a las PASO para dirimir por fuera del mar de chicanas y supuestos, y así fue que el joven Nicolás del Caño se convirtió en el candidato a presidente por sobre el legendario Jorge Altamira, y fue gracias al caudal de votos que aportó Mendoza. Fueron tantos y tanta la diferencia del PTS sobre el PO-IS que doblegaron esa lógica que supuestamente marcaba la Ciudad Autónoma y sobre todo la provincia de Buenos Aires. En síntesis, el FIT ya no es una secta en Mendoza y eso se notó al torcer la tendencia nacional.
A pesar de la máxima tensión que no se oculta dentro del FIT, el sostenido crecimiento viene por el empuje que desde afuera le dan al espacio rojo en el abanico electoral, y también por el posicionamiento dentro los espacios gremiales que le van ganando al peronismo. El fenómeno del trotskismo en la argentina despabila a más de un analista internacional del marxismo.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Entre dietazos, achique, chicanas y vacías consignas de campaña

Diario UNO de Mendoza (página 7), 5 de agosto de 2015

Los dietazos y el achique son los temas que suenan en Mendoza con todas sus variantes e interpretaciones; mientras que en la Nación sobresalen las operetas y las chicanas. Todo en una semana electoral, en un año electoral, en el que todo está plagado a frases hechas teñidas de esas consignas que suenan a buenas intenciones que no se cumplen, promesas del sentido común hechas por emisarios ex gobernantes, por personeros de los dueños del poder.
Mientras pibes y pibas de varias escuelas dejan de ir a clases en el secano lavallino –y son privados del derecho de ser educados–, ya que el Gobierno de Mendoza no paga el transporte, los legisladores vuelven a recibir otro aumento de sueldo. Mientras, las maestras viajan cientos de kilómetros para llegar a las escuelas rurales, más allá de que sus sueldos no llegan a cubrir la canasta básica, los legisladores cobran sus honorarios suntuosos.
Los inquilinos de las bancadas legislativas siguen contando ceros en sus bonos de sueldo, a la vez que el  gobierno electo, que tendrá mayoría legislativa, sigue prometiendo achique, ajuste: despidos y otras tantas medidas que obviamente no afectará a los burócratas bienpagos del Estado.
Se saben impunes. Los levantamanos –y que lo hacen a espaldas de sus votantes y de sus promesas– son como manifestación política el abuso de los derechos ciudadanos y las libertades conquistadas con sangre. Giran alrededor de sus privilegios para acceder, en un futuro, a un escalón más alto en esa pirámide legislativa o en algún lugar del Ejecutivo, eso si, son conscientes también de que no tienen la suerte de la casta de los sentenciadores, los jueces, esa que cuenta con la condición de ser vitalicios, además de sus haberes aún mucho más jugosos y el estar hasta exentos de aportes sociales e impuestos.