Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 14 de julio de 2005
El reconocimiento es fundamental para las personas. Valorar, difundir, premiar y compartir sus logros, sus
metas, sus ideas, hacen a la trascendencia humana.
El reconocimiento puede ser simbólico o material. Ambos son necesarios y, a su medida, se refuerzan entre sí. En nuestro caso, el deporte, reconocer es ayudar a forzar las condiciones de periferia, incentivar y reforzar instrumentos para llegar al alto rendimiento.
No sólo la publicación y difusión de los logros son importantes en lo simbólico, también hay distinciones
como los premios UNO a la Excelencia Deportiva o los Huarpes, que les abren las puertas a muchos
deportistas, los exponen a la luz pública.
Los deportes amateurs son los que más necesitan del reconocimiento, ya que sus exponentes y figuras están lejos del mercado y otros “valores agregados” de los deportes profesionalizados”.
Otra forma de reconocimiento es la económica, que puede llegar tanto a las instituciones como a los
atletas.
La Subsecretaría de Deportes y Recreación de la provincia ha dado a conocer a los becados 2005 “a la
excelencia”.
Sin dudas es altamente valorable, aplaudible y saludable que el dinero llegue a los atletas, a los clubes y las
federaciones, y que no se pierda en las telarañas y los laberintos burocráticos.
Los deportistas elegidos tienen bien merecido el reconocimiento y sin dudas son parte de la elite mendocina.
Para no generar dudas, la Subsecretaría de Deportes implementó un método de convocatoria e inscripción
buscando la máxima transparencia.
Las designaciones de becas fueron abiertas y transparentes, aunque indudablemente quedaron muchos
deportistas de elite y gran proyección afuera, quizás de los deportes más populares, de los sectores pobres de la sociedad. Y sí, son muchos los que están lejos de la cultura de los trámites, el lobby, las documentaciones, etc, etc. No sólo habría que convocar, también se puede acompañar y ayudar.
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