domingo, 2 de marzo de 2008

División que parecía sumar pero sólo resta


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 2 de marzo de 2008

El boxeo mendocino vive una situación especial, distinta y contradictoria. En una coyuntura de crecimiento sostenido, tanto en lo estructural como en lo deportivo, desde el año pasado se produjo una división dirigencial que terminó con dos federaciones en “pleno” funcionamiento. Este hecho en un principio fue trampolín “creativo” para los disidentes y una fuerte respuesta de acción para los “oficialistas”.
La Federación Mendocina de Box (FMB) y la Federación Sureste de Boxeo Mendocino (FSEBM) son las
entidades antagonistas que regulan el pugilismo local, que tiene un calendario histórico en cantidad de festivales, clubes y boxeadores.
La división llegó como consecuencia de personalismos, acusaciones y una realidad institucional compleja, derivada de la crisis nacional de los clubes que fueron remplazados por gimnasios y polideportivos
municipales. Esas entidades no tienen representatividad (por no tener personería jurídica) y no pudieron darle el sostén necesario al trabajo de unos pocos dirigentes (que hacen de todo y ad honórem), que terminaron “trenzados” en un absurdo.
La división está, y en un principio ha significado la recuperación y puesta en funcionamiento de una gran cantidad de clubes, boxeadores y plazas, sobre todo por parte de la FSEBM. Pero lo cierto es que la disyuntiva deja sin campo de acción a los boxeadores de la “sureste” que, por ejemplo, ven acotado su campo de acción y su techo competitivo, ya que no pueden participar en los torneos que se organizan en Mendoza (Vendimia, Toro Rodríguez, Cacique y Guantes de Oro) ni en los nacionales, y menos en los
internacionales.
La gran culpable de la división fue la Federación Argentina de Box (FAB), ya que sabiendo de las “diferencias” y viendo los síntomas “divisionistas” no hizo nada por buscar la unión, la conciliación. La
actitud aburguesada y soberbia de la desacreditada entidad madre del pugilismo nacional prefirió ignorar y
luego “castigar”, pero se olvidó de lo más importante: los púgiles, que son el semillero del boxeo argentino.

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