jueves, 22 de marzo de 2012

Avance fascista contra los derechos humanos

Diario UNO de Mendoza (página 10), 21 de marzo de 2012
Con un peligroso discurso, buscan confundir y sacar rédito en el dolor 
por casos de inseguridad
Se aprovechan y pegan donde más duele. Vuelven, reviven sobre el drama ajeno y hacen política. Mienten, fagocitan, distorsionan y avanzan. Se trata de los que buscan confundir, que militan esa causa y levantan el discurso que relaciona los casos de inseguridad con los derechos humanos.
Mural en la plazotela Roberto Santoro.
Ante la justa movilización popular, desesperada e hipersensible por las inoperancias (y no tanto) del Estado, ante el reclamo desconsolado de padres, familiares y amigos de víctimas de crímenes injustificables, aparece la intencionalidad de grupos que reivindican el exterminio y el fascismo, y buscan como blanco fijo y directo a los derechos humanos. También está la ignorancia de los que se prenden a esas consignas facilistas y, obviamente, los que buscan la comodidad de ser políticamente correctos y se arrastran en el más común de los sentidos para tener algún sentido en sus explicaciones sin sentido.
Los derechos humanos son una pequeña gran conquista de quienes aspiran a un mundo mejor. Fue una forma de organizarse, visibilizar, denunciar y poner freno a los abusos y las injusticias, y también, de ser posible, de condenar a los ejecutores de los estragos que se repiten a diario y en forma naturalizada en diversas latitudes del mundo por parte de los estados, sobre todo en donde no se respetan los derechos humanos y reina la “mano dura”.
Las leyes que no se cumplen o la connivencia del poder político, jurídico y económico con organizaciones e individuos criminales ¿son responsabilidad de los organismos de derechos humanos? Obvio que no; son quienes las denuncian. Las políticas que profundizan las diferencias sociales y la marginalidad, que enfrenta a pobres contra pobres, ¿son responsabilidad de los organismos de derechos humanos? Obvio que no; son quienes las denuncian. 
Si bien las reivindicaciones de los derechos humanos comenzaron con el capitalismo naciente en pleno enfrentamiento contra del régimen feudal, varios siglos después, en 1948, y tras el genocidio del nazismo, llegó la primera declaración formal entre naciones. Luego, en los ’60 se conquistaron los convenios internacionales de derechos políticos y civiles, los económicos, sociales y culturales. Se logró también la convención para la eliminación de toda forma discriminación racial. Una década después se conseguirían los pactos para terminar con las diferentes formas de discriminación contra las mujeres. En los ’80 se avanzaría contra la tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes; sería también la década donde se firmaría la convención de los derechos de los niños y las niñas. Y a principios de los ’90 se rubricaría la convención que ampara los derechos de los trabajadores/as.
De esto se tratan los derechos humanos y el trabajo de seguimiento por parte de sus organismos para que esos acuerdos internacionales se cumplan o, de no ser así, se denuncien.
Ahora, ante los terribles casos de asesinatos de pibes inocentes en Mendoza, que llevan consigo la válida y necesaria protesta social, vale preguntarse ¿qué culpa tienen los organismos de derechos humanos? ¿Quiénes y qué ganan en el ataque a los derechos humanos? 
El sábado se conmemorará el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en la Argentina, una conquista que llevó más de 30 años y en la cual fueron parte organismos de derechos humanos que en plena dictadura genocida se animaron a levantar las banderas y poner sus cuerpos para defender los derechos civiles y políticos.
Varias décadas después comienza a soplar un poco de justicia: hay quienes son sentados en el banquillo y hasta son condenados. ¿No serán los que reivindican a esos genocidas y a sus ideas los que atacan, los que buscan enmarañar y distorsionar, militando la confusión que levanta el discurso que relaciona la inseguridad con los derechos humanos? Seguro que sí. Esos fachos que fueron parte de la construcción de la sociedad injusta y violenta en la que vivimos saben que sus sucias consignas prenden en el dolor y en el mas común de los sentidos de los cretinos políticamente correctos.

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