Diario UNO de Mendoza (página 10), 21 de marzo de 2012
Con un peligroso discurso, buscan confundir y sacar rédito
en el dolor
por casos de inseguridad
por casos de inseguridad
Se aprovechan y pegan donde más duele. Vuelven, reviven
sobre el drama ajeno y hacen política. Mienten, fagocitan, distorsionan y
avanzan. Se trata de los que buscan confundir, que militan esa causa y levantan
el discurso que relaciona los casos de inseguridad con los derechos humanos.
Mural en la plazotela Roberto Santoro. |
Los derechos humanos son una pequeña gran conquista de
quienes aspiran a un mundo mejor. Fue una forma de organizarse, visibilizar,
denunciar y poner freno a los abusos y las injusticias, y también, de ser
posible, de condenar a los ejecutores de los estragos que se repiten a diario y
en forma naturalizada en diversas latitudes del mundo por parte de los estados,
sobre todo en donde no se respetan los derechos humanos y reina la “mano dura”.
Las leyes que no se cumplen o la connivencia del poder
político, jurídico y económico con organizaciones e individuos criminales ¿son
responsabilidad de los organismos de derechos humanos? Obvio que no; son
quienes las denuncian. Las políticas que profundizan las diferencias sociales y
la marginalidad, que enfrenta a pobres contra pobres, ¿son responsabilidad de
los organismos de derechos humanos? Obvio que no; son quienes las denuncian.
De esto se tratan los derechos humanos y el trabajo de
seguimiento por parte de sus organismos para que esos acuerdos internacionales
se cumplan o, de no ser así, se denuncien.
Ahora, ante los terribles casos de asesinatos de pibes
inocentes en Mendoza, que llevan consigo la válida y necesaria protesta social,
vale preguntarse ¿qué culpa tienen los organismos de derechos humanos? ¿Quiénes
y qué ganan en el ataque a los derechos humanos?
El sábado se conmemorará el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en la Argentina , una conquista
que llevó más de 30 años y en la cual fueron parte organismos de derechos
humanos que en plena dictadura genocida se animaron a levantar las banderas y
poner sus cuerpos para defender los derechos civiles y políticos.
Varias décadas después comienza a soplar un poco de
justicia: hay quienes son sentados en el banquillo y hasta son condenados. ¿No
serán los que reivindican a esos genocidas y a sus ideas los que atacan, los
que buscan enmarañar y distorsionar, militando la confusión que levanta el
discurso que relaciona la inseguridad con los derechos humanos? Seguro que sí.
Esos fachos que fueron parte de la construcción de la sociedad injusta y
violenta en la que vivimos saben que sus sucias consignas prenden en el dolor y
en el mas común de los sentidos de los cretinos políticamente correctos.
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