Diario UNO de Mendoza (página 10) 9 de abril de 2014
Tras los reiterados casos de adolescentes pariendo. Tras la estadística que dice que una de cada diez menores está embarazada o ha sido madre, vuelve la pregunta: ¿y la educación sexual en las escuelas para cuándo? Se trata de una ley, de una obligación del Estado, de ese mismo que todos los años se justifica haciendo anuncios de lo que va a empezar a hacer, o de “capacitaciones”, o de cuadernillos, de pruebas piloto. Algunas excusas, algún debate, y así se sigue sin enseñar nada.
No es nuevo. El doble discurso manipula y también mata, sobre todo por las consecuencias de los embarazos no deseados, así vemos como los mismos obligados a educar en sexualidad y anticoncepción no lo hacen y también criminalizan el aborto, aún los no punibles.
Parece que esos que por un lado son quienes levantan banderas y esgrimen un relato “progresista”, a la hora de actuar se acoplan a los dictámenes de los sectores más conservadores y reaccionarios, de esos que dictan moral y esconden pedófilos, esos que estigmatizan y “señalan caritativamente”, esos que son dueños del verdugo. En síntesis, arrojan ancla en vez de desplegar las velas.
Parece que a este Estado poco le importa que miles de niñas y pibas abandonen abruptamente su niñez, su adolescencia, que nuevos niños o niñas lleguen condenados, por lo general, a un mundo de privaciones materiales y afectivas. A un mundo violento e hipócrita que los obligará a crecer rápido, y donde en la primera esquina donde doblen a contramano los esperará una turba de sedientos linchadores, ciudadanos modelos, ejemplares y cansados.