lunes, 7 de abril de 2014

Esta rápida realidad detrás de números efímeros y simplistas

Diario UNO de Mendoza (página 10), 2 de abril de 2014

Simples números para simplistas análisis. Y así espectacularizamos linchamientos o elecciones. Barremos, construimos y nos sumamos al sentido común que deshumaniza, justifica lo injustificable y refuerza lo reforzado.
Todo se mide en lo más simple e inmediato, el número (el que se entrega a las estadísticas de café sin método) al que se lo abrazó al primer adjetivo rentable, y punto.
Por unos días el recuento, traducido siempre en cifras, no es de muertos en accidentes de tránsito, adolescentes suicidados o de los días de paro de los docentes. Ahora lo que se lleva al momento en las pizarras es el recuento de los linchamientos (o sus intentos). ¿Cuántos son? ¿Y en cuánto tiempo?
Van 10 u 11, y en los últimos días deben de ser 15. ¿Ya es moda? Los “linchamientos” hasta no hace mucho estaban relacionados con cuestiones de segregación, xenofobia y racismo, donde un sector con poder decide monopolizar su poder por fuera de su propio orden legal. Los linchamientos del ahora y por acá, los que tampoco son nuevos, también están cargados de racismo y desprecio, pero es más fácil encasillar el tema bajo el tópico “inseguridad” y en el justificado cansancio de la clase media de que le roben, de que viva enrejada y con miedo. Así justificamos social y políticamente las consecuencias de algo que para los dueños de los piolines conviene que siga así y cuando se les desmadre saldrá a un linchamiento institucional y masivo para linchados y linchadores, para estigmatizados y héroes de noticiero. Y ya no serán 13, 14, serán miles, tal que los linchados, sus víctimas y sus victimarios con suerte sólo son y fueron eso: números.

Los números también se utilizan para cuestiones más banales, como en las elecciones del domingo. Banalicemos entonces. Y sí… tras unos comicios donde “todos fueron ganadores” hubo algún dígito o dos de ellos que se escapó del rico análisis que deja el recuento de ese ejercicio popular. Por ejemplo los números dicen que el ganador oficialismo radical cayó 20 puntos, que perdió 2 bancas. Que el socialismo del FAP perdió una banca y luego analizó el posible error de no haberse aliado al radicalismo, mientras estos al mismo tiempo anunciaban que Cobos no descartaba aunarse con Macri, quien lo secundaba en el bastión capitalino. Otros números contaban que la abstención casi llegaba al 40% mientras el titular del PJ local hablaba de que el voto en Argentina podría ser voluntario como en Venezuela, donde vota el 80%. En San Carlos el ganador no llegó al 10% pero sumó con 6 listas espejos el 42% de la oferta en el cuarto oscuro. El 90% desconocía, excepto el primero, a los integrantes de esas listas.
Son números. Más números, que sirven para barrer la realidad.

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