Diario UNO de Mendoza (página 7), 29 de julio de 2015
Un sector de la mendocinidad avanza en un cuento que tendría un final peligroso y está inspirado en conocidos textos de terror. Es el que quiere escribir una envalentonada ONG –con el apoyo de un par de legisladores en retirada– para poder prohibir la noche.
Con un sinfín de prejuicios buscan imponer su anhelado y retrógrado estado de sitio con el que la ley seca entraría en acción para poder limitar las libertades –sobre todo de los jóvenes– para todos aquellos que no tengan los recursos para acceder a la membresía de un club de caza para poder esconderse de los que limitan, multan y persiguen.
La otra historia que estas semanas ocupa el plano central local y que está en una larga etapa de los ni, las nadas, las dudas y los vacíos, es la de la “transición”, la que algunos quieren mostrar como caída y frustrada, aunque inexorablemente la transición seguirá siendo transición hasta que en diciembre asuma el nuevo gobierno tras seis meses de perversa convivencia obligada por los yerros estratégicos de una elección adelantada que arrojó como resultado la derrota de los adelantadores.