jueves, 16 de julio de 2015

Tsipras pisoteó y enterró las banderas de Syriza y del pueblo griego

Diario UNO de Mendoza (página 10) 15 de julio de 2015

Nada nuevo: un discurso, un relato y los mecanismos “legales” para la traición. Otra desilusión para alimentar el escepticismo que es alimento para los alimentadores de traidores. El primer ministro griego Alexis Tsipras es el máximo responsable de haber revolcado, pisoteado y enterrado las banderas con las que Syriza ganó las elecciones en la empobrecida Grecia. 
Los ojos de la resistencia y de la izquierda europea estaban puestos en Syriza, ya que llegaron con consignas para terminar con las políticas de austeridad que los tiene sometido y empobrecidos la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, motorizados por el Banco Europeo y el nuevo imperio alemán encabezado por Ángela Merkel. Syriza fue el puño que presentó amenazante a las alianzas del poder económico, la Troika.
Syriza se apoyó en promesas antiimperialistas, populares y hasta revolucionarias, pero todo duró poco, para lograr consolidarse pactaron en la extrema derecha griega y de ahí en más fueron lavando su programa político. La fuerte presión del pueblo griego los llevó a realizar un plebiscito, el que ganó por más del 60% la decisión de enfrentar las políticas de más achique y austeridad que los tiene con índices elevados de pobrezas y desempleo, pero Tsipras prefirió negociar y arrodillarse a los pies de Merkel, prometió pagar la deuda externa y profundizar el ajuste, ese mismo que combatió y lo catapultó como la “opción europea”.
Lejos quedó la independencia, el crecimiento y la dignidad; ahora un cuarto de la recaudación pasará a las arcas del BE y el FMI, buscarán subir el IVA en los productos de la canasta básica, recortarán las pensiones, subirán la edad jubilatoria, e impondrán mano dura con las movilizaciones y reclamos sindicales. Buscarán nuevas leyes laborales que faciliten más contratos temporarios y que agilice los despidos de los pocos asalariados que quedan. Y obviamente reducción del Estado, vender las empresas públicas con las privatizaciones recomendadas por el Fondo Monetario Internacional que sirve para seguir ampliando la brecha entre ricos y pobres en todo el mundo.
Syriza deja en crisis además de los partidos que lo componen,al fenómeno español llamado Podemos y a los populismos de los cuáles armaron el andamiaje discursivo que se desmorona. 
Si han revolcado, pisoteado y enterrado las banderas es porque que se sigue confiando en las democracias donde no existe el mandato, la verdadera representación y la revocatoria inmediata de traidores y mentirosos, democracias en la que donde todo termina en personeros que apoyados en un sello negocian el poder por una parte del botín olvidándose de los principios, los ideales y los millones que depositaron sus confianzas, necesidades y esperanzas.
El FMI sigue, más allá de las fronteras y los tempos imponiendo su receta.

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