Diario UNO de Mendoza (página 9), 23 de setiembre de 2015
Uno se puede imaginar que ese número, el de la multa, salió de alguna conversación entre legisladores y sus leales colaboradores, en la que concluyen que es una cifra que les dolerá a los infractores. Y también uno se debe imaginar que ese “dolor” lo calcularon teniendo en cuenta sus desproporcionados sueldos, que duplican o triplican las multas, sumados a sus otros ingresos por el buffet o el estudio contable o por la finquinta o la empresa, o los alquileres, entre otros tantos ítems que agregan en la columna del haber. Igual –dirán tras el café descafeinado– es una multa que duele”. O sea que la “justa y ejemplificadora” sanción para algunos significará con suerte el 5% o el 10% de los ingresos mensuales, y para otros –la mayoría– será de entre el 300% y el 500%.
Otra idea para castigar a los conductores borrachos es quitarles el vehículo por 30 días (podrían ser más o menos). Algunos los extrañarán por el vacío que generará el coche en la cochera donde hay dos o tres esperando para ser utilizados; otros se quedarán sin la única movilidad que tiene la familia, la que también se utiliza, en muchos casos, para trabajar. Pero bueno, “ley pareja…”, dirá el legislador.