La “ética” de la mugre que arrastra el agua

Diario UNO de Mendoza (página 10), miércoles 15 de agosto de 2012

La basura tapa el secano, se ataca con las armas que se denuncian  y se festeja el etnocentrismo

Fetiches. Baile olímpico.
Brasil en Londres.
Y más mugre de la mendocina.

Es mucho más que las leyes de la inercia o de la gravedad. Las aguas bajan turbias y arrastran la basura al bajo. El agua tiene su gobierno y su regulación, se la controla y se la potabiliza, también dentro de una lógica política, económica y cultural. El secano, cada vez más seco con los desperdicios de la metrópoli, los residuos del consumismo y lejos de la potabilización.

Después de meses, el organigrama permitió que el curso del deshielo se extendiera hacia el Norte, a las tierras lavallinas. El lunes llegó un poco de agua con toneladas de mugre, de óxidos, podredumbres, descomposición, olores, y colores psicodélicos y enfermos, para recostarse en suelos condenados a desolación. Dejando la huella de que cerca, pero muy lejos, hay otro mundo.

El goteo de la semana mostró que, ante el constante, organizado, despiadado y punzante ataque de un grupo mediático, la Presidenta quiere que se les exija “ética” a los periodistas. Y para eso pone a sus medios oficiales, constantes, organizados y punzantes, a pregonar por la “ética”. Es tiempo para filosofar sobre lo bueno, lo malo, lo correcto y lo incorrecto, y se lo discute abstrayéndolo como si la ética no tuviera intereses, objetivos ni ideología.

Mar de contradicciones, como si se pudiera pedirle “ética” a un funcionario. Unos y otros seguirán con sus “éticas” potabilizando para sus socios de la metrópoli donde se levantan los pedestales para enclavar el ego y se venden las luminarias de la razón.

El goteo no interrumpió a los irritados y contrariados de la oposición legislativa mendocina, que salió a “matar” a los muchachos y las muchachas de La Cámpora por hacer militancia, por ir a las escuelas, a las esquinas... por hacer política. Los criminalizan al mejor estilo de las siniestras dictaduras sesentistas y setentistas, quizás ante la impotencia de no tener el aparato para competirle o no tener la “ética” para demostrar cómo estos pibes del poder venden humo, crean mitos o reproducen un relato que oculta y transfigura. Castigar la “ideologización” es peligroso. Defender la libertad y la organización política es una de las pocas alternativas que permitirá que lleguen correntadas a las márgenes para que pueda florecer algo en lo desertificado.

La gota mayor de la semana estuvo en Inglaterra. La espectacularidad, al ritmo del rock, en el cierre de los Juegos Olímpicos inundó de etnocentrismo, estigmatización, prejuicio y discurso imperialista con el argumento del show británico en el centro del estadio. Cuando llegó el momento de darle el paso a Brasil, el próximo anfitrión del evento deportivo (político y económico) más grande del universo, el para nada inocente libreto decidió que fuera un “intruso” encargado de la limpieza (negro, a todo esto) y que se resistía a ser expulsado del escenario por el seguridad (blanco y británico, a todo esto) y se ganara su lugar demostrando con el ritmo de sus pies toda la “alegría” que prometen los próximos Juegos en el Tercer Mundo. La cloaca, la reina y James Bond siguen con viento en popa.

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