Diario UNO de Mendoza (página 12), 5 de setiembre de 2012
Los censores de las buenas costumbres ya tienen algo nuevo
con que criminalizar a pibes y pibas
A ver si entendés. Apagá eso, bajá el volumen. Sos un ruido,
una interferencia.
Se ha decidido una métrica social, cultural y desentonás,
aún más con ese aparatito propagador de tu antiestético submundo. Tu música no
tiene altura ni intensidad y menos rítmica. Rompés la melodía, estás lejos, muy
lejos del modelo de ciudadano que nos merecemos, que nos creemos. Tus decibeles
no tienen lugar en la partitura. Hace rato que no tenés voz, menos te merecés
parlantes.
Aislate, ponete los auriculares y bajate rápido y en
silencio cuando llegue tu turno, cuando llegue tu hora, cuando el rutinario
circuito marque el momento que te escupa del transporte público para dejarte en
alguna parada donde seguro seguirás desentonando. Sos joven y pobre, e irrumpís
con tus ruidosas huellas en los espacios de los que aspiran y no llegan;
incomodás a los resentidos.
No te olvidés de que no tenés derechos y el que está a tu lado está reclamando que ya comenzó el suyo.
Se harán campañas, se pondrán carteles y, si es necesario,
alguna ley. Habrá que confiscar esos celulares y apresar a los que los activan.
Habrá que subir las fuerzas del orden a los colectivos para terminar con los
orilleros del mal gusto, esos mismos que en cualquier momento pueden caer en el
adoctrinamiento de La Cámpora
o, algo peor, el del Partido Obrero. Esos pendejos y pendejas que se comunican
en su dialecto y no se preocupan por el dólar paralelo.
Los censores de la estética tendrán que abrir un nuevo
buchón 0-800 para denunciarlos e interceptarlos in fraganti, para enseñarles a
esos qué se debe escuchar. Y de paso, por qué no, marcarles pautas del buen
vestir, de buenas maneras y modales. Ya que no se los puede dejar detrás una
gran muralla ni fusilarlos en ella; habrá que atravesarles “con la verdad” el
cerebro para que no se sigan escapando de los límites del sentido común que
tanto ha costado construir.
Si prohibir es tan fácil y siempre consigue entusiastas
redactores de proyectos y ejecutores, hay que poner a los censores en acción.
Éstos tienen años de experiencia en la sencilla profesión de la moral gorilácea
en distintos temas de cotidianidad citadina. Deben urgentemente encausar a
estos pibes y pibas que no aprenden, que reinciden en rebeldía, que no escuchan
a sus maestros, que se alejan de la fe, y para colmo hay quienes los quieren
dejar votar a los 16 años; estos jóvenes que seguro serán los primeros en ir a
buscar buenos precios a La
Saladita.
Dime qué escuchas y te diré quién eres, dónde lo escuchas, y
evidenciarás de dónde vienes, con qué lo escuchas y qué te merecés.
Cada vez más anarquista. Esta vez menos críptico y más irónico
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