Diario UNO de Mendoza (página 10), 31 de octubre de 2012
Tres centros copan en Mendoza esta industria de la ilusión, del ocultamiento, de la reproducción

Saben hacer de lo nimio un todo para que trascienda la nada
en la chatura del tiempo. Marketing con el que sostienen y comparten esta
industria de la ilusión, del ocultamiento, de la reproducción. Estos tres
grandes centros concentradores de las decisiones políticas-económicas cuentan
con financistas, franquicias (nacionales e internacionales) y comodatos.
Una de las características es que las firmas (o sectores de
intereses) se repiten con sucursales en cada uno de estos establecimientos,
enmascarados en alguna línea interna o algún “disidente”. Así se aseguran que
el consumidor no tenga que trasladarse muy lejos de su no-lugar para llevarse
lo que de todos modos se iba a llevar, lo ya que se estaba llevando, lo que
tenían asignado. Donde los legisladores o funcionarios, o mejor dicho
vendedores, se esconden detrás de alguna falsa etiqueta, en su “libertad de
conciencia” para evitar cualquier compromiso programático y puedan acordar el
precio y el stock, y por qué no autocolgarse el cuadrito como empleado del mes,
ya que conocen de combos y cajitas.