lunes, 3 de noviembre de 2014

De demonios, cualidades, relatos y la vigencia de los inquisidores

Diario UNO de Mendoza (página 8), 22 de octubre de 2014

Del “lobby gay”, “de la envidia del Demonio”, pueden pasar “a los dones y cualidades de los homosexuales”, y claro, el poder es así, es el dueño de las palabras, de esas que esconden más de los que muestran y que dicen menos de lo que parece, esas que sirven para ser políticamente correctos en el momento correcto. Versátil y acomodaticio es el relato, y lo es porque ven a su corporación en crisis, porque asumen la pérdida de fieles-clientes, porque no pueden frenar el vacío y así sus sedes góticas, barrocas o neoclásicas se van convirtiendo en bibliotecas o centros culturales, porque no pueden anular el avance de la competencia que con mejores productos en la venta de fe y otros agregados artificiales como la culpa, el sometimiento, el engaño y la dominación se les posicionan para sumar privilegios y enriquecimiento, por ejemplo, con los subsidios de hasta los Estados laicos. Y claro, así hace falta jugadas más osadas, por lo menos en lo discursivo. Y la política es así, por eso son buenas las alianzas, sobre todo con quienes comparten emisarios en una villa, en un banco o en un parlamento.
Pero bueno, mientras unos guardan sus espadas para futuras cruzadas y por el momento negocian con socios, amigos y favorecedores, la Santa Inquisición gana batallas a 12 mil kilómetros de Roma, donde en una triste comuna que se autohalagaba de “maravillosa” levantaban las banderas de la moral en nombre de la convivencia y prohibían todo eso que afea según la pacata y resentida clase media de ese lugar.
En esa comarca censuraban, y regulaban todo aquello que siempre le es más rentable como clandestino. En ese lugar nuevamente pobres, jóvenes y artistas eran señalados por la punta de la espada y eran expulsados del espacio público, sus necesidades, saberes, costumbres y placeres deberán buscar otros horizontes o serán castigados, de eso se trata y allí reside el juego perverso y efectivo de la exclusión y el control.

Eso que parece retrógrado y moralista es sólo la cortina de humo con lo que contentan a unos pocos descerebrados; lo que hay detrás de las prohibiciones son objetivos políticos y comerciales, es la forma de sostener lo que los sostiene. Ahora la comarca comenzará con la caza de brujas, limpiará sus plazas y esquinas. En nombre de la convivencia la limpieza que ya se vivió en tiempos de genocidas llega de la mano de una ordenanza municipal, a través del voto de los representantes del pueblo, de gran parte del pueblo que piensan barrer, fregar y sacudir.

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