jueves, 27 de noviembre de 2014

La movilización por el agua aún puede más que el lobby de las corporaciones

Diario UNO de Mendoza (página 8), 26 de noviembre de 2014

La negativa al proyecto minero San Jorge en Uspallata no fue un freno. Tres años después, escudados en el cash, se rearmaron para superar los posibles costos políticos, sociales y ambientales, y así volvieron a la carga por otros dos proyectos más, esta vez en Malargüe, uno más complicado Cerro Amarrillo, y otro que quedó en carrera y fue aprobado en Senadores: Hierro Indio, el que por un voto tuvo su media sanción tras un sinfín de sutilezas, y en donde quienes empujaban con fuerza por la aprobación preferían no figurar en la foto de esa “victoria”, que unos días después se convirtió en derrota transitoria.
Hay quienes están convencidos que la explotación o sea la extracción futura de ciertos minerales en los proyectos que tienen en vilo al ambiente político mendocino estarán fuera de la ley. Entonces cuando los periodistas les consultan, en off, por qué quieren la Declaración de Impacto Ambiental para las etapas de prospección y de exploración sabiendo que les sería imposible la extracción, ellos dicen que “confían” en cambiar la Ley Ambiental 7.722, la que entre otras cosas prohíbe la utilización de venenos como el cianuro, mercurio y ácido sulfúrico en la extracción de los minerales que justo quieren extraer, y con esas sustancias.
Y dejan en claro que la estrategia, con el aval Ejecutivo es, en un principio, acortar plazos, girar la discusión, confundir y disuadir para luego pedir la inconstitucionalidad de la 7.722, o pasarla por alto, o proponer una nueva legislación sobre el tema. Y ni hablar de las contradicciones, contrapuntos y reinterpretaciones que se le da a ley de glaciares.

Para la estrategia que se ha planteado el fuerte lobby necesita la aprobación de la primera etapa de algún proyecto, en cualquier lugar de Mendoza y lo más rápido posible, lo que les abriría las puertas para que cerros y montañas se minen primero de topadoras y luego de químicos.
El corte de rutas en General Alvear y en el Valle de Uco, la movilización de las organizaciones ambientalistas y sociales fueron otro traspié para quienes están esperando su parte de “la inyección de dólares” que las corporaciones multinacionales traerían para solventar las minas. Los votos que parecían asegurados no fueron tan seguros y se guardaron para más adelante, cuando ya no les quede otro camino que acompañar al poder en la pulseada, aunque eso les termine costando el arriesgar los placeres de un burócrata despacho.
Son muchos los elementos que se vienen poniendo en juego desde los distintos sectores: raíz productiva, matriz productiva, relaciones de producción, trabajo, regalías, medio ambiente y agua. Por estas tierras es la conciencia ecológica la está logrando, por el momento, que el negocio extractivista de algunas multinacionales no envenene lo poco que nos queda de agua.

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