domingo, 30 de mayo de 2004

La mujer, tratada como objeto

Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 30 de mayo de 2004


“Un estadio lleno recibe con una ovación el ingreso de las mujeres a la cancha”, dice el relator, claro se trata de las porristas. El deporte es perversamente explícito, y no está aislado. Acompaña la historia de la humanidad canalizando y magnificando las ideas en boga.
En el deporte, como en tantas otras manifestaciones, se discrimina, por la condición de clase, de raza y sobre todo de sexo.
La cuestión de género: los roles asignados culturalmente a hombres y mujeres están en evidencia y no queda más que ver la realidad, tomando las ideas de la luchadoras feministas, no queda ninguna duda de que en el deporte se potencia el machismo y la dominación masculina.
En 1894 el aristócrata francés barón Pierre de Coubertín instauró los Juegos Olímpicos de la Modernidad. Para este idealista los Juegos eran la exaltación solemne y periódica del estado físico masculino con el aplauso de las mujeres como recompensa; también consideraba que la participación de éstas en las competencias debería ser totalmente prohibida.
Moderno e ilustrado, a la hora de la división sexual en el deporte se inspiró en la caballería medieval y la antigua cultura griega: el héroe olímpico debía ser un hombre y adulto.
Más allá de las luchas y las conquistas de las mujeres por sus derechos, la idea central sigue siendo la misma, ya que el rol que se le asigna a la mujer es la de propiedad del varón, la de un menor de edad.
El espectáculo, el merchandising y la televisión muestran una escenificación nueva, o el aggiorno de una conocida. No se desarrolla el deporte femenino, ni se difunde, no sabemos el nombre del equipo, o la goleadora del Campeonato Nacional de Fútbol Femenino, pero sí reconocemos a las Diablitas, o las Boquitas, las porristas de los clubes populares.
Las porristas son la triste superación del póster de gomería. Tienen nombre propio, pero como organizaciones, con marca registrada y pertenecientes a gerenciadoras y empresas que sólo buscan hacer redituable el deporte y nada mejor que apuntar a la libido y reducir a la mujer a la condición de objeto sexual.
Porristas (en el fútbol, el básquetbol o el vóley), promotoras (en el automovilismo) y chicas ring (en el boxeo), es el ideal de Coubertín instaurado en la cultura fashion, la del hombre, un macho fuerte, agresivo, representante de los ideales de la nación, lo popular, dueño de la meta y los laureles. Mientras que la mujer es ingenuidad, seducción, sumisión, belleza, pasividad, baile y una forzada alegría. Hombres a ganar, mujeres a gustar, a lucir esos cuerpos de una estética establecida y lejos de la de una deportista.
Los atributos no son propios, son sociales y sobre todo rentables. Lentejuelas y minishorts, coreografías. Fotógrafos que apuntan y el protagonismo asegurado. El deporte no es ingenuo, si sirvió para sostener chauvinismos, dictaduras y tiranías, cómo no va a potenciar una milenaria cultura misógina, machista y patriarcal.

domingo, 16 de mayo de 2004

Algo más que simples becas

Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 16 de mayo de 2004


Quejas y cuestionamientos llueven desde que la Dirección de Deportes de la Provincia entregó las becas deportivas. Hay quienes se sienten marginados y exigen “los mismos derechos”.
El presupuesto es chico, la necesidad es grande y los métodos de selección son poco claros. Pero es injusto juzgar y acusar a los responsables del área de Deportes provincial, ya que los procedimientos de subvención
y subsidio son recurrentes y funcionales a una forma histórica y anacrónica del quehacer político.
La condición de becario, tanto en instituciones universitarias, de investigación y otras, es una prebenda para privilegiados.
Quienes llegan a recibir estos estímulos económicos están formados y son conocedores de los mecanismos para estar entre ese grupo de elite social y cultural, apañados por sus propios niveles de status y jerarquía.
Es sin duda la clase social y el nivel como formación educativa lo que los deposita en los caminos correctos para llegar a sus metas.
En el otro extremo, sobre las necesidades más básicas y en los sectores más populares, los alicientes económicos se llaman planes Trabajar. Políticos que depositan en un puntero la administración de un presupuesto y utilizan la situación desesperante de distintas personas para intereses partidarios y personales.
Si centramos la mirada en las becas deportivas, cuesta entender a quién están dirigidas.
El amplio espectro del deporte y sus protagonistas es complejo y abarca lo netamente deportivo, lo cultural, lo político y lo social. Sobre los que no están becados y tenían “méritos”, el director de Deportes, Oscar
Morales, dijo: “Algunos no se inscribieron cuando hicimos el llamado por el diario”.
Obviamente las disciplinas masivas y populares fueron las que menos inscriptos tuvieron y menos recibieron. Son estos deportistas los que están más alejados y hasta expulsados de los códigos y mecanismos culturales, educativos y políticos, y como se ve, tampoco hay mucha intención de incluirlos.
Es ridículo creer que la información llaga para todos igual.
En su mayoría, las becas parecen apuntar sólo a los nenes/as bien que tienen tristeza, con papás influyentes que saben cuándo y dónde colocar el currículo de su hijo/a.
Las bases para obtener las becas tenían como requisito no haber cometido inconductas deportivas. Sin embargo, esta norma no fue considerada igualmente para todos/as los/as deportistas. Se excluyó de becas a
deportistas que cometieron algunas faltas o inconductas, al mismo tiempo que se premió a otros/as deportistas con faltas o inconductas aún más graves. Se han tenido en cuenta deportistas que desde hace años ya no viven en el país y también a otros/as cuyos méritos son mínimos, como a disciplinas casi sin práctica activa.
No todos los deportistas son iguales, no todos los deportes son iguales. Reconocer las diferencias y las desigualdades es importante para no profundizar las injusticias en la distribución de los pocos y escasos recursos.
Una política deportiva seria debe considerar estos aspectos necesariamente a la hora de premiar el mérito, logros y metas alcanzadas. Como también tomar una decisión abierta cuando se tenga en claro cuáles son las prioridades, las disciplinas a fortalecer y objetivos a cumplir.

domingo, 2 de mayo de 2004

Diego Armando Maradona, ¿qué te han hecho?

Suplemento Ovación (página 2), 
Diario UNO de Mendoza, 2 de mayo de 2004


Juzgado, sojuzgado, perseguido y conquistado. Huye ese dios y demonio, tan cerca de sus tantos y tan lejos de su intimidad.
¿Qué se ha hecho de ese hombre?: se lo ha desmembrado. Gentíos ven en él la identidad, la imagen de un salvador mundano alcanzable y único. Otros saben que esos gentíos consumen, creen, sueñan y hasta se cuelgan una imagen santa cuya figura no deja de ser un sponsor.
Lo enfermaron, lo humillaron, lo endiosaron y lo volvieron a humillar, a enfermar. Se sigue escapando con menos fuerzas y cayendo en viejas redes.
Maradona, ¿qué te han hecho? Te exigen ser profeta y mandan ejércitos inquisidores en tu contra. Te obligan a ser modelo y se regocijan con tus nobles contradicciones. Te piden que te salves mientras licitan la firma para tu epitafio.
A Maradona, el Pelusa que quiso jugar y jugó, regocijó y también ganó, le llegó su condena disfrazada, embellecida, pero lar­ga, tortuosa, eterna.
Opinólogos, hipócritas prejuiciosos tan cerca del narco y testaferros de la moral han embargado tu Ser, tu ahora, te siguen apresando y ese exilio que corre por tus venas, ese que encontrás en forma desesperada te mata. Te matan.
Estás incomprendido también por esa corte rapiñera de aduladores celosos y envidiosos. No les conviene y te fuerzan a re­currir y vitorean cuando te das la espalda.
Dejen en paz a ese hombre que fue genio y mago con una pelota, no chupen más su forzada y expuesta sangre. Dejen que ese hombre sencillo y solidario se reencuentre, se reconstruya, que respire su aire y que le lleguen sus vientos.