domingo, 26 de febrero de 2006

Entre imbéciles una opinión vale como prueba


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 26 de febrero de 2006

La imbecilidad, con sus puñeteros mecanismos de ignorancia e intolerancia, comodidad y sentido común, evidencian la apremiante pobreza intelectual de los que deberían pensar para terminar con la violencia, y no incentivarla.
Dicen que el Consejo Federal a través del Tribunal de Disciplina del Interior basó un dictamen en una columna de opinión aparecida en este suplemento (23 de enero de 2006), la que fue presentada como prueba por del Deportivo Maipú y que derivó en una dura sanción para Gimnasia y Esgrima, y su técnico Marcelo Vázquez.
El columnista opina, lee la realidad desde su óptica. Las columnas son un análisis, una subjetiva reflexión
sobre la actualidad. Escribe para los lectores y espera ser juzgado por éstos. Desde su fuerza dramática y expresiva le entrega elementos que considera relevantes.
El columnista tiene un punto de vista y desde éste ve el mundo (al deporte y su entorno) e intenta
desmenuzarlo.
La libertad de expresión le da al periodista (columnista) la oportunidad de analizar y juzgar el mundo en que vive.
El Tribunal de Disciplina del Consejo debe sancionar según el informe del árbitro, y de sus veedores, de acuerdo con su reglamento y no a partir de una columna de opinión de un diario.
No entienden el abanico de libertades y la función social de la prensa, esto queda evidenciado en la necedad con la que un club (Maipú) incorpora como prueba una columna de opinión, para que otro estamento (el Consejo Federal) la utilice para sancionar un dictamen y los “perjudicados” (Gimnasia) exijan explicaciones.
La columna de opinión es eso, una opinión que busca salir del monótono resultadismo, ir un poco más allá. Opinar es pensar tras un análisis, y es preguntarse, por ejemplo, qué hace la adormecida y timorata Liga Mendocina para proteger a sus clubes, por qué no busca los mecanismos para conseguir poder en ese Consejo Federal, que sólo beneficia los intereses de las ligas y clubes de algunos dirigentes lobbystas.

lunes, 13 de febrero de 2006

“No vengo más”, se escucha en la Vuelta


Suplemento Ovación (página 2), 
Diario UNO de Mendoza, 13 de febrero de 2006

Ciclistas de todo el mundo integran el pelotón de la Vuelta de Mendoza, y hasta el momento de la provincia
se están llevando la peor de las experiencias.
Si bien se trata de un clásico, de una competencia ya incorporada en el calendario cultural y deportivo mendocino que tiene una continuidad de 30 años, este año la desorganización viene ganando y por desgracia estirando diferencias.
Si bien la Asociación Ciclista Mendocina es la organizadora de la competencia, hay una fuerte participación estatal (Provincia y comunas) y este año también se ha incorporado el sector privado, aunque la desorganización parece que no quiere bajarse del podio.
No prever el alojamiento y la comida de los ciclistas invitados es un síntoma de inoperancia y desprecio, por el deporte y las personas, tanto de las comunas que se comprometen a apoyar al tour local como a los organizadores.
Ahora todas las críticas caen sobre la debilitada Asociación Ciclista Mendocina, aunque son muchos los que se comprometen y no cumplen y hasta buscan réditos políticos y económicos con la Vuelta.
El giro menduco es la competencia más exigente del país, y así y todo no tiene el apoyo de la Federación
Ciclista Argentina de Ruta y Pista.
Esos mismos que se llenan la boca hablando del turismo no hacen nada para evitar que embajadores deportivos de otras latitudes se lleven una imagen caótica de estas tierras. Esos mismos que hablan de
desarrollo deportivo no hacen nada para organizar con tiempo y prolijidad esta competencia y sobre todo desarrollar a los deportistas locales para lleguen preparados, en todo sentido, y con continuidad a esta carrera.
"No vengo más", dicen los ciclistas foráneos, quienes con razón se sienten usados y despreciados, y reaccionan con medidas de fuerza que atentan contra el público, la honestidad deportiva y utilizando medidas patoteriles.
Ojalá que la Vuelta mejore su organización, ojalá que el pelotón vuelva el año próximo y podamos hablar nada más que de los logros deportivos.