domingo, 29 de octubre de 2006

Organización y racionalidad de la violencia


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 29 de octubre de 2006

Tienen sus tiempos, son organizados (y hasta militarizados), verticalistas y poderosos. Les dicen hinchada,
barra brava, pero en realidad son organizaciones complejas. No son todas iguales, están las pasionales y las profesionales; las primeras responden desde el entorno al juego, las segundas hacen de su juego una parte del espectáculo.
Pero hablemos de las segundas, de ésas que llegan con el partido bien empezado, donde nadie les puede
ocupar su “territorio”, donde cantar es un oficio, a un ritmo monótono y descontextualizado con lo que pasa en la cancha, y con los otros espectadores.
Se hacen temer, son un producto del espectáculo, generan admiradores y seguidores.
Las hinchadas profesionales son organizaciones, mafiosas por cierto, que venden un producto, la paz. La suspensión de una cancha, la mayor o menor concurrencia de espectadores (por miedo), la continuidad de un técnico y hasta de la dirigencia, dependen de ellos, de ésos que ven los partidos de espalda, que dicen dar “la vida por sus colores”. Su principal arma es la violencia física.
Su territorio, ése que es inviolable, no sólo es el centro de la popular, tienen sus territorios liberados en
sus barrios, donde también hacen valer su poder violento. Y es también en la cancha, en la popular, donde las facciones de esas hinchadas pujan y demuestran su fuerza por el control del poder.
No son irracionales o inadaptados, todo lo contrario, tienen objetivos claros y metas definidas, que obviamente nada tienen que ver con el fútbol.
Tienen también poder e impunidad,que han conquistado gracias a sus  tareas con un bombo en un acto político, con la “zona liberada” para el proxenetismo y los “trabajitos” de camellos (entrega de drogas), o
con el “apriete” por entradas para vender, o por “seguridad”.
No son tantos, cuentan con impunidad en un proceso de barrabravización donde nada tiene que ver con el sacrificio de esos miles que llegan a un estadio para alentar y mostrar su pasión, su identidad con un club, un barrio, una historia.

lunes, 2 de octubre de 2006

Ni al Argentino en San Luis van los mendocinos


Suplemento Ovación (página 2),
Diario UNO de Mendoza, 2 de octubre de 2006

No hubo pedalistas de la Asociación Ciclista Mendocina en la 64ª edición del histórico Campeonato Argentino de Pista, que se realizó durante el fin de semana en el Velódromo de la provincia de San Luis. No hubo ni uno, y más allá de la crisis, de la actividad a medias, tampoco estuvieron esos que se rasgan las
vestiduras por el alto rendimiento, esos que exigen, critican y sí tienen apoyo, o por lo menos eso dicen
para hacer política partidaria y dentro de la ACM.
El ciclismo mendocino sigue mostrando su regresión, sobre todo a nivel federado. Cada vez son menos, y la performance muestra una larga brecha con los ciclistas de otras latitudes. Nunca se trabajó por incorporar la actividad femenina y eso que en San Luis corrió una mendocina, Nancy Murgo –fue campeona en las
puntuables– y con licencia sanjuanina, donde corre. La actividad femenil sí ha crecido en otras asociaciones y federaciones del país.
Pero el ciclismo sobrevive con los libres, los amateurs, con carreras con gran cantidad de participantes de todas las edades, organizados por peñas (la Porfidi entre otras) o escuelas comunales (la de Lavalle).
No será el momento de replantear y darle la oportunidad que sean éstos, los que simplemente hacen ciclismo, los que se encarguen del deporte pedal mendocino. No será hora de que los ciclistas tengan poder de decisión. No será hora de que vuelvan a ser los clubes los que representen, en forma real, a los sacrificados deportistas del ciclismo.
Si bien la Asociación Mendocina está sufriendo una larga y creciente crisis parece que hay quienes el único aporte que pueden hacer es el boicot, el desplante y el autismo.
Otro punto relacionado con el deporte pedal es que no sabe aprovechar el velódromo, sería bueno trabajar y duro para que esta provincia, que tiene más de un millón y medio de habitantes, tenga por lo menos una pista de atletismo (reglamentaria y sintética) para poder en un futuro soñar con atletas proyectados en las grandes competencias.