Un eslogan, parodia, votos y mercado

Diario UNO de Mendoza (página 12), 24 de julio de 2013

Aún restan 15 días para que los mismos que ejercen el poder lancen promesas que no cumplirán

Apuro jingle, a ritmo del spot. Aún restan dos semanas para las promos de la democracia de mercado. Los avisos de los precandidatos se apoderan de los medios e intentan, también, apropiarse de la agenda. Es que se vienen las PASO, el nuevo filtro.

Increíble, pero el ingenio como denominador común es repetirse, copiarse, apelar a la vieja receta, esa que les viene permitiendo a unos pocos repartirse la torta. Obvio que la compulsa es por la cantidad de porciones.

Los rejuvenecidos aspirantes para acceder (o conservar) un andamiaje del tejido del poder no escatiman en recursos. Esta gente de afilados colmillos y modales forzadamente impostados saben de lobby, de conseguir recursos fantasmas para construir la parodia que edifican para redituar en votos los tiempos y espacios de nueva parodia; conocen bien de administración, pero de la “territorial”, un instrumento de conexiones donde lo público y privado se funde en el accionar de los punteros, esa mano de obra clave para recolectar votantes, punteros, algunos de ellos militantes de una causa o una carrera política, otros ungidos (forzados) de la necesidad de cuidar un trabajo y varios otros sicarios al mejor postor por una suma o una zona.

A puro jingle, las promesas se imponen coloridas, con voces grandilocuentes, algunos tienen música y no les temen a la rima y al ritmo.

Han recopilado sentires y necesidades, las han barajado y nos aseguran que lo harán. Esos mismos que son Estado y poder, que ocupan bancas y votan, que gobernaron o gobiernan, esos mismos; esos que ya prometieron y que nunca cumplieron ni hicieron una ínfima parte de lo que prometieron, esos mismos son la mercancía de la democracia de mercado. Una burla, un sarcasmo.

Quince días más tendremos la invasión de afiches, carteles, jingles y promesas. La mentira se apropiará de los espacios cedidos, y así se irán decidiendo (por el menor de los males) se marcarán tendencias; otros, aún románticos, buscarán en el debate a su candidato, y allí no falta el cruce, los señalamientos y las denuncias ya que esos mismos no temen sacar a la luz las internas de corrupciones y traiciones, las cajas oscuras y los sobres cerrados. Algunos pegan y otros contraatacan, una ficticia pelea que se traducirá en las futuras alianzas.

Pasen y vean, tienen la sonrisa dibujada y el cuchillo trapero escondido. Los socios solapados, los negocios con testaferros y algún asesor genocida, pero bueno… Son también esos, los mismos, los que tienen la estrategia y los recursos del oligopolio del poder.

Quince días más para prometer un mundo mejor y más justo, quince días más para que refuercen la catapulta que los llevará a sus bancas o les abrirá las puertas de algún ministerio o secretaría. Estarán allí, donde para muchos todo está tarifado.